Desde Alto Verde, la historia de Marcia Blanco: una princesa de calles de tierra y techos bajos.
Marcia Blanco encuentra en la vecinal de Alto Verde a los dos periodistas de Pausa que la van a entrevistar. Caminan dos cuadras por la calle que corta la Demetrio Gómez y los invita a pasar a su casa. En el camino, una pareja de ancianos la saluda y ella suelta: “Soy una chica de barrio, y voy a seguir siéndolo, por más que ahora también sea Miss Princess de Argentina”. Mar, altoverdense de 25 años, ganadora del certamen de belleza Miss Princess of the World 2017 nacional, es modelo y desfila en pasarelas desde los 9 años. Pero además de modelar, tiene un perfil volcado en lo social, que se deja ver en sus palabras cuando habla de sus convicciones y cuenta sobre su cotidianidad y el taller que lleva adelante en la fundación Manos Abiertas.
“Me acuerdo de cuando era chica, a los 9 años, nos mudamos a Alto Verde. Yo estaba súper feliz porque iba a vivir cerca de mis primos y gran parte de mi familia. Nunca me voy a olvidar de dónde vengo, por eso estoy más que orgullosa de ser altoverdense”, asegura Mar, y ante la pregunta sobre si tuvo algún obstáculo en su carrera de modelaje, ella responde segura: “Me ha pasado que algunas personas me han criticado por ser de barrio. Sinceramente pienso que ese tipo de cuestionamientos no tienen sentido: ¿qué importa si sos de Alto Verde o vivís en un country? Quizás eso haya sido una dificultad, mi condición social”.
La moda y la clase
El mundo de la moda no escapa a los razonamientos del sentido común que estigmatizan a las personas por su clase social. Lejos de caer en los estereotipos que se generan a través de algunos íconos del mundo de la fama, donde la persona que accede a ella es de barrio y lucha por salir de él porque es un contexto negativo, Mar trabaja por el futuro de Alto Verde. En Manos Abiertas, ella da un taller de manualidades para niños porque entiende que el futuro es de los más pequeños y que el lugar donde nacieron no es un indicador de nada y tampoco tiene que reducir posibilidades de desarrollo personal. También, en respuesta a la pregunta de cuánto influye la condición social en la carrera de una modelo, ella rescata que si bien es un impedimento, tiene cuestiones que rescatar: “La importancia de la educación pública es central. Por ejemplo, contar con el nuevo Jardín Municipal en Alto Verde es una posibilidad más que tienen los chiquitos del barrio, para acceder a la educación. Por otro lado, cuando voy a cursar a la UNL me encuentro que somos muchos los chicos de acá que estamos, de a poco, accediendo a la universidad”.
Para votar a Marcia
Del 27 de septiembre al 6 de octubre, Marcia estará en un crucero por Europa que parte desde Barcelona, para competir por el puesto de Miss Princess of the World (en español: Señorita Princesa del Mundo). Sobre esto, ella reflexionó: “Todavía no me imagino en un avión. Los únicos medios de transporte que conozco son la línea 13 y el bote que cruza al sur de la ciudad”.
Quien desee darle una mano a Marcia, puede votar en la web del concurso: missprincessworld.com
Preguntas sobre Miss Princess
¿La belleza es un rasgo que se pueda encasillar en determinadas cualidades? ¿Estos certámenes fomentan estereotipos de difícil alcance para el grueso de la población? ¿Estos concursos son más progresistas porque incluyen a personas de clases sociales bajas? Estos interrogantes cada lector los analizará por sí mismo, pero quedan claras dos cuestiones. Por un lado, sean parte de un progresismo ilusorio o no, la selección de chicas que no sean sólo de piel blanca, pelo rubio y ojos celestes deja ver que ciertas pujas sociales han ganado una batalla; en este caso una racial y de clase. Por otra parte, sirve de motor para quienes luchan contra los modelos hegemónicos, en este caso estéticos: si los agentes que configuran los patrones por los cuales entendemos qué es lo bello, han tenido que incluir dentro de sus competencias nuevos modelos, es porque los movimientos sociales han avanzado por sobre lo hegemónico. La pugna por conquistar derechos en algún punto ha tenido éxito.
Marcia estará en Europa para, más que saber si es la más linda de un concurso, abrir puertas a un futuro del que nadie puede ni debe juzgarla.