El pasado 23 de septiembre la Tierra estuvo a punto de desaparecer. Supuestamente, un cuerpo desconocido llamado Nibiru o Planeta X tenía que chocar con nuestro planeta y provocar un Apocalipsis. Los profetas fallaron nuevamente. Tal es el grado de incapacidad que tenemos actualmente que podemos imaginar grandes desastres universales que terminen con la vida sobre el planeta pero no tenemos la posibilidad de pensar un sistema alternativo al capitalismo. Tampoco podemos responder si el fin comienza a las 12 AM o arranca luego del mediodía. ¿En caso de esperar el Armagedón a qué hora deberíamos iniciar la fiesta?
Pero los vaticinadores no acertaron ni en 2003 ni en 2012 y tampoco este año. Será un tema a tratar en la próxima profecía, que podría referirse al partido Argentina-Perú, que al no poder clasificar al Mundial de Rusia y en un contexto de ajuste salvaje para unos y progresivo para otros, pero ajuste al fin, viviríamos en carne propia una quita de nuestro poder adquisitivo sin la posibilidad de distraernos con los juegos del hambre global. Además, Argentina descendió en la Copa Davis. Dato que sabemos únicamente porque nuestra selección de fútbol no ha levantado trofeos. En fin, sin Mundial y sin televisor nuevo, el 2018 sería lo más parecido al fin del mundo, al menos para la población que en los últimos meses contrató el futbol HD –algo así como 400 mil personas– que si se tiene en cuenta que el precio del abono es de $300, solo por el Paquete Fútbol HD, se calcula rápido que los dueños de la pelota facturan ahora 69 millones de pesos extra.
Pero no se deprima, no pierda las esperanzas. Nada de lo que nos preocupa actualmente importará si los gringos se dan la pera contra los norcoreanos. En los últimos días el presidente de la democracia más importante del mundo, que tiene el objetivo de llevar la democracia y la paz a cada rincón del planeta, o al menos donde hay petróleo o agua, en un discurso ante las Naciones Unidas dijo que si Pyongyang sigue adelante con sus ensayos nucleares había que “destruir por completo” Corea del Norte, y a su vez le puso el epíteto de “hombre cohete” al líder norcoreano Kim Jong-un y remató aclarando que estábamos ante “una misión suicida para sí mismo y para su régimen”.
En una muestra de racionalidad, el ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Norte dijo que el presidente estadounidense le había declarado la guerra a su país y que Pyongyang se reservaba el derecho a tomar contramedidas, como abatir bombarderos estratégicos de Estados Unidos, aún si no están en el espacio aéreo del país.
“El mundo entero debería recordar claramente que fue Estados Unidos quien declaró primero la guerra contra nuestro país”, dijo el ministro Ri Yong-ho y afirmó además que un ataque de misiles de Corea del Norte contra Estados Unidos es “inevitable”.
Veamos el lado positivo, si sucede conviene. Por ahora el hemisferio sur no se vería afectado en este escenario bélico, salvo que se nos ocurra participar enviando tropas o que Trump considere que los pendorchos negros que visten nuestra peatonal en realidad sean cabezas de misiles ocultas debajo de un diseño horrible de hormigón negro.