El discurso del Rey Felipe VI de España marca la excepcionalidad de los sucesos en Cataluña. Es la primera vez que habla desde que fuera coronado, en 2014, y es la quinta vez que el monarca se dirige a los súbditos por TV. La clave: el cuadro que eligió como fondo.
El discurso de Felipe VI se produjo minutos después de que el presidente del gobierno regional de Cataluña, Carles Puigdemont, anunciara que declararán la independencia de España "en pocos días", tras la brutal represión con la que la Policía Nacional y la Guardia Civil nos recordó cómo se suelen dirimir estas cosas en el primer mundo. El Rey echó un poco más de leña al fuego: señaló que el gobierno catalán vulneró "de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado".
También culpó al gobierno catalán de quebrar "los principios democráticos de todo Estado de derecho". "Han socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana, llegando –desgraciadamente– a dividirla", agregó. Y los responsabilizó de dejar a la sociedad catalana "fracturada y enfrentada".
Sin embargo, más allá de los argumentos, lo crucial fue el cuadro de fondo elegido. Felipe VI se mostró delante del óleo pintado en 1761 por Anton Rafael Mengs –y junto a las banderas española y europea–, que retrata a Carlos III de España. En primer lugar, el recorte del plano de TV generó una serie de tuits jocundos.
Ostia han puesto un cuadro detrás del ciudadano Felipe que lleva una porra de Antidisturbio pic.twitter.com/feYFvdAElG
— no_clasismo (@no_clasismo) 3 de octubre de 2017
Hasta el rey luce una porra de fondo durante su discurso #3Oct pic.twitter.com/f3BRl2TYfp
— Frank Viliams (@FViliams) 3 de octubre de 2017
En realidad, no se trataba de una (cachi)porra, sino de un bastón de mando real. Lo sustantivo del cuadro elegido por el Rey Felipe es que Carlos III estableció la obligatoriedad de que la lengua de la educación fuera la castellana y prohibió en 1768 la edición de libros en catalán y su uso en la enseñanza, la contabilidad y los registros públicos. En 1770 haría lo mismo con todas las lenguas americanas, imponiendo el castellano –la lengua real– en toda Iberoamérica.
Cuáles son las lenguas argentinas que están en peligro de extinción
La Real Cédula dictada por Carlos III, casi tres siglos después de los viajes de Colón, establece que "se extingan los diferentes idiomas y sólo se hable el castellano". En España, la orden corría para el catalán, el euskera y el gallego. No fue la primera vez que los catalanes vieron perseguido su idioma. Con la excepcional intervención del Rey tampoco parece que, simbólicamente al menos, sea la última.