El cantautor rionegrino dio un show íntimo en ATE Casa España para presentar su nuevo disco, Constelaciones. Además, repasó viejos clásicos, muy festejados por el público. “Vengo seguido a Santa Fe porque tengo familia y la cerveza es muy rica”, tiró Aristimuño desde el escenario.
Por Florencia Huser
Habían pasado algunos minutos de las 21:30 del sábado 30 de septiembre. En ATE Casa España, las luces de discoteca simulaban generar estrellas que alumbraban al público y al escenario. Es que, después de una larga gira por el país, Lisandro Aristimuño presentó su nuevo disco en Santa Fe: Constelaciones, su novena producción, editado de forma independiente por su sello Viento Azul.
Como no podía ser de otro modo, comenzó el show con los temas de dicho álbum: “Rastro de percal”, “Hoy hoy hoy”, “Voy con vos” y “Goodmorning life”. La fuerza de los bombos y la ligereza de los vientos embelesaban a los espectadores que escuchaban atentamente sentados. “Vengo seguido a Santa Fe, todos los años. Es una ciudad que quiero mucho porque tengo familia y la cerveza es muy rica”, dijo Aristimuño, mientras –traicionando sus propias palabras– tomaba una copa de vino.
“Hijo del sol” comenzó con un punteo en la guitarra al estilo country, para que luego la banda entre con toda su fuerza. “No me gusta explicar los temas, pero la letra de esta canción es muy dura. Me parece que le erré al nombre, porque es muy Disney”, aclaró antes de empezar a tocar “Una flor”. En ese momento, el concierto alcanzó su punto más alto de melancolía.
Hasta entonces, Aristimuño cumplía con su objetivo: presentar el nuevo disco. Pero ya era hora de que nos dé algo más antiguo. Y es que, en definitiva, la gente siempre quiere eso: lo clásico. “Primero iba a ser una milonga. Estaba en el patio de mi casa tomando mates y quise hacer algo al estilo de Zitarrosa. Y finalmente salió esto”, dijo al presentar “Anfibio”, emblema de su quinto disco “Mundo anfibio”.
En una conversación íntima con Pausa en el Aire, el miércoles anterior a su visita, Aristimuño contó que el concepto del disco y el nombre, Constelaciones, están dedicados a su hija, ya que lo hizo antes de que ella nazca. Con “anfibio” se refiere a lo que la bebé vivió en la panza de su madre: “Esto me despertó la idea de que todos somos anfibios, que salimos de un lugar acuático”.
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La convocatoria de por sí era muy familiar y el ambiente se llenó de ternura cuando Lisandro le dedicó “Tres estaciones” a sus sobrinos, que estaban entre el público: “Lo hice para mi hija pero también es para ellos, que son como mis hijos”.
Pero toda la dulzura terminó con lo que vino después. “Este tema está dedicado a las Abuelas de Plaza de Mayo, y a su vez me pregunto dónde está Santiago Maldonado. No importa de qué partido son, desapareció una persona que podría ser tu amigo, tu hermano y nadie puede dar explicación alguna. Aguanten los derechos humanos y la libertad de expresión siempre”. A más de dos meses de la desaparición forzada de Santiago Maldonado, hubiera sido una falta de respeto que teniendo un micrófono en la mano no se haga la pregunta que nos hacemos todos.
En “Tu corazón” también se burló de él mismo por los nombres que eligió para los temas. Pero continuó con “Azúcar del Estero” y todo se volvió una fiesta. El tiempo de los hits llegó y sonaron “Tu nombre y el mío”, “How long” y “La última prosa”. La fusión de los sonidos acústicos y los electrónicos ya son una característica definitoria de sus producciones. Y, tal como acostumbra, en el show reversionó sus clásicos. Antes de presentar a la banda hizo referencia a la versión que grabó Catupecu Machu de su canción “Para vestirte hoy”: “Es mejor que la mía”, confesó.
El show llegaba a su fin y “Elefantes” no podía faltar. La gente ya hacía dos temas que estaba parada: la tranquilidad de estar sentados se había agotado. Parecía que ese sería el final por el ímpetu de la melodía, pero como si no quisieran dejar de tocar porque se sentían muy cómodos, los músicos empezaron a esbozar los acordes de “Pena me dio no verte” y tuvieron que tocarla completa. Para que nadie diga que al show le faltó algo, lo engancharon con un cover: “Get up, stand up”, de Bob Marley, y todos en ATE Casa España la corearon.