Ante el acuerdo entre el triunvirato de la CGT y el gobierno, 40 gremios de CGT y CTA tras las figuras de Pablo Moyano, Sergio Palazzo, Hugo Yasky y Pablo Micheli preparan medidas.
Unos 1.200 delegados de 40 sindicatos de todo el país se reunieron en el camping del sindicato de Empleados de Farmacia en Luján el lunes 20 y tomaron una distancia taxativa respecto del acuerdo para la reforma laboral que el triunvirato de la CGT acordó con el gobierno, convocando a una movilización masiva de trabajadores al Congreso este miércoles 29. El encuentro fue organizado por la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) y contó con las presencias, entre otros, de Sergio Palazzo (bancarios), Claudio Girardi (secretario general de la CGT Santa Fe), Horacio Ghilini (Sadop), Pablo Moyano (Camioneros, secretario gremial CGT), Hugo Yasky (CTA) y Rubén Ruiz (gas, en representación de la CTA Autónoma de Pablo Micheli). También estuvieron presentes, aunque de modo no orgánico, representantes de la CTEP. Del arco partidario, pero con histórica llegada sindical, se sumaron Jorge Taiana, Héctor Recalde y Carlos Tomada.
Durante el “Encuentro Militante por la Soberanía Nacional y Popular” se realizaron mesas de discusión centradas en la reforma laboral, tributaria y previsional, a partir de análisis elaborados por la CFT. Como resultado, se lanzó la convocatoria a la protesta que se realizaría la semana entrante, dado que el proyecto de ley de reforma laboral fue ingresado el sábado 18 en la Cámara Alta, para ser debatido en la comisión de Trabajo y Previsión. De los debates surgió un documento con fuertes críticas, en el que se evaluó que el “gobierno nacional para asegurar su continuidad por un lado endeuda a nuestra sociedad, por otro impone de manera constante un ajuste sobre los trabajadores y los pobres, mientras rebaja impuestos a los ricos y a los grandes sectores empresarios”.
Respecto de la reforma en sí, señalaron que promueve “la renuncia de derechos esenciales del contrato de trabajo”, elimina “la corresponsabilidad del empleador principal en las tercerizaciones (atacando, de esta manera, no sólo derechos de los trabajadores afectados, sino también el modelo sindical por actividad)”, insiste “en el fraude de las pasantías”, reduce las indemnizaciones, promueve “la creación de fondos de cesantías a costa del trabajador” y aumenta “la discrecionalidad y arbitrariedad patronal”.
Marcar la cancha
La presencia de camioneros y bancarios, en unidad con las dos CTA, marcan un punto de quiebre con la línea establecida por el triunvirato a cargo de la CGT, que negoció la reforma laboral con el ministro de Trabajo Jorge Triaca. También, esa unidad marca la potencia que puede tener una futura protesta, en la que también confluirán los sindicatos clasistas y los movimientos sociales. Desde el documento de lo que ya se da en llamar CGT Luján se señaló que el gobierno efectuó “todo tipo de presiones” y que “desplegó un diálogo formal pero oscuro, donde a pesar de ciertas modificaciones, mantuvo su dirección”, en una clara alusión a la faena del triunvirato con Cambiemos. No obstante, también reclamaron “la inmediata reanudación de la sesión del Comité Central Confederal de la CGT, junto a la urgente convocatoria de un Plenario de Delegaciones Regionales”.
Los tironeos al interior de la CGT no son nuevos. El antecedente más resonante fue la escandalosa toma del atril en el acto del 7 de marzo, cuando Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña no le pusieron fecha a lo que luego sería el único paro general que hasta se le haya hecho al gobierno nacional.
Más cerca en el tiempo, del lado de los triunviros se manifestó el secretario general de UPCN, Andrés Rodríguez, quien afirmó por radio Futuröck que el acuerdo por la reforma laboral “fue positivo para ambas partes”, ya que apunta al “blanqueo de los trabajadores y la reducción de la litigiosidad y nosotros coincidimos con ambas cosas”. Con menos empacho, el líder de la UOM, Antonio Caló, le explicó a Infobae durante el último Coloquio de IDEA que “Desde que ganó Macri estamos acompañando”. “No le hicimos ninguna oposición, hay discusiones, hay matices; la CGT hizo un paro y nada más”, sinceró.
En Luján, Pablo Moyano criticó al triunvirato: “Por más que algunos dirigentes hayan dicho que hay un acuerdo, somos muchos los dirigentes y muchísimos los trabajadores que no lo estamos, porque la reforma va a traer despidos y congelamiento de los salarios”. “Nos comprometemos desde la secretaría gremial de la CGT para hacer una gran marcha, con un montón de organizaciones que no estamos de acuerdo con lo que se ha firmado”, lanzó. Sergio Palazzo recapituló: “Este es un gobierno que primero atacó a los trabajadores formales en las paritarias del año pasado, con acuerdos salariales por debajo de la inflación. Hoy ataca a los sectores más desprotegidos con el cambio del cálculo del haber jubilatorio, que también afectará a los beneficiarios de planes sociales y de la asignación universal por hijo. Y parece ser que el próximo año lo que le queda es ir inclusive por los propios planes sociales y la comida de los argentinos. Así que se hace necesario crear una unidad en la acción: aún teniendo algunas diferencias con algunos sectores, nos une la necesidad imperiosa de confrontar con un modelo político, económico y social que agrede a los trabajadores”. Y fue duro con Schmid, Acuña y Daer: “No estamos dispuestos a tercerizar la confrontación con este gobierno en manos de un triunvirato”. “Ni siquiera cuidaron el lugar donde sellaron el pacto, en la Sociedad Rural que conspiró contra Perón e Yrigoyen”, espetó.
Por su parte, Hugo Yasky abogó por la unidad, no sin reparos: “Hay algunos que se sensibilizan con el recuerdo del 17 de octubre pero después pierden toda la sensibilidad y entregan a los trabajadores. Queremos que llegue el día en el que podamos volver a la CGT, pero tendrá que ser una CGT combativa. Hoy abonamos ese camino desde la unidad con los compañeros y compañeras que luchan y no entregan a la clase trabajadora”.
Unidad santafesina
El grueso de los sindicatos santafesinos ya había dado su señal de unidad con la conformación del Movimiento Obrero Santafesino (MOS), el 31 de octubre, adelantándose en críticas y posturas a lo que luego emergió en Luján. Con la participación de la CTA de la provincia, las CGT Regionales Santa Fe, San Lorenzo, Venado Tuerto, Rafaela y Reconquista, al Movimiento Sindical Rosarino, la UOM de Villa Constitución, Festram, a Amsafe Provincial y el Consejo Directivo Provincial de ATE, el MOS expresó inmediatamente su rechazo al trío de reformas planteado por el gobierno. “Las trabajadoras y trabajadores santafesinos no vamos a permitir que, por favorecer a las corporaciones, se vulneren derechos laborales que el conjunto de los argentinos hemos conseguido con nuestro esfuerzo y lucha durante décadas”, señalaron.
Antes de fin de año tienen planeadas medidas de fuerza, que se decidirán este viernes 27 en un plenario de delegados de toda la provincia. Previamente, el 9 de noviembre, una delegación viajó a Capital Federal para reunirse con Cristina Fernández de Kirchner en el Instituto Patria. En la reunión –de la que participaron Jorge Hoffmann de ATE, Sonia Alesso de Amsafe, Patricia Mounier de Sadop y José Testoni de la CTA, entre otros– se trataron temas de actualidad y se analizaron las dificultades que están atravesando los trabajadores. Cristina elogió la unidad gremial “demostrando un profundo conocimiento del mundo laboral, incluso analizando algunos convenios que se están firmando en nuestra provincia”, según comentó Hoffmann.
El agite en el Congreso
Descontando el apoyo en bloque de Cambiemos, el gobierno nacional está muy apurado: quiere que todas las reformas se traten en el Senado antes del 10 de diciembre, fecha en que asume Cristina Fernández de Kirchner, quien ya adelantó su rechazo a los intentos oficiales. El lunes 20, desde Tucumán, se preguntó “¿qué es este apuro repentino de tratar todo? ¿Miedo a quién y a qué, si tienen la razón?” e instó al gobierno a debatir “de cara a la sociedad, y no a espaldas al pueblo, en una sesión exprés en el Congreso”.
El senador Miguel Ángel Pichetto, que lidera al PJ en la Cámara Alta, señaló a La Nación que la ley será tratada sólo si el triunvirato de la CGT la avala asistiendo al debate en comisión. “Nosotros no fuimos parte, esto lo acordaron la CGT y el Gobierno; entonces queremos que vengan ellos a defender y avalar el acuerdo al Senado si es que quieren que el bloque lo apoye”, indicó. Pichetto, ahora también ex kirchnerista, sabe que los triunviros no podrán asistir porque están visitando al Papa, en un encuentro mundial de líderes sindicales.
En las tiendas del massismo, Graciela Camaño adelantó que el Frente Renovador no acompañará en la Cámara Baja los proyectos de reforma laboral y previsional, que “figuran en el paper del FMI”. Por radio El Mundo prometió “defender los intereses de los jubilados y los trabajadores” y evaluó que “esto es un ajuste y no virtuoso sino brutal”.