La tijera que pasó anoche por el Congreso llega a muchísimos más argentinos que la que aplicó Patricia Bullrich cuando le sacó el 13% de los ingresos a los asalariados del Estado. 

Con 128 votos, uno menos de los que se necesitan para el quórum, dos días de represión militarizada nunca vista desde 1983 y cientos de miles de argentinos protestando en las calles de todo el país, Cambiemos reveló el corazón de su programa de gobierno: enfrentar el déficit fiscal no con impuestos a los más ricos sino con los ingresos de viejos, discapacitados, pobres y veteranos de guerra.

Hace 16 años la Alianza, de la mano de la entonces ministra de Trabajo Patricia Bullrich, impulsó una política similar, que quedó marcada en la memoria: el famoso recorte del 13% a los salarios de estatales y jubilados del Estado nacionales. Ojalá el alcance del ajuste aprobado en la mañana de hoy fuera tan benigno.

El saqueo de Bullrich en julio 2001 alcanzó al 16% del total de jubilados en la época –hablamos de un tiempo en que no había moratoria, ese número no representa más del 8% de los jubilados actuales– y al total de los empleados del Estado nacional. También llegó a las asignaciones familiares y a los seguros de desempleo. Según los datos de AFIP, 1.502.135 personas eran empleadas públicas en el país eran, a enero de 2017. Esa cifra también contiene a los empleados provinciales y municipales, pero hagamos como si así no fuera. También, 4.431.990 personas recibían asignaciones familiares, a junio de 2017.

El dato es abrumador. El recorte de 2001 afectó directamente a 533.401 jubilados de ese entonces. El recorte de 2017 afecta a 6.941.214 jubilados y pensionados. Y a 3.846.848 perceptores de la AUH y la AU por hijo discapacitado. Y faltan los veteranos de guerra o el Progresar.

En el trazo grueso ayer se le metió la mano en el bolsillo a 17 millones de personas. Un recorte a lo Bullrich 2001 hubiera impactado, también a grosso modo, a no más de dos millones de personas, entre jubilados estatales y asalariados del Estado, más las personas que reciben asignaciones familiares. Serían seis millones y medio de personas en total, mucho menos de la mitad de los afectados directos por la reforma previsional sancionada el martes 18.

 

Dejar respuesta

Por favor, ¡ingresa tu comentario!
Por favor, ingresa tu nombre aquí