No es novedad que cada vez más mujeres juegan al balompié. Sin embargo, tampoco son nuevas las dificultades que se les plantean. Desde la sociología y el cine se analiza el tema.
El pasado 16 de noviembre se llevó a cabo una Cátedra Libre de pensamiento feminista “Abordaje sociológico del fútbol femenino”. En dicha cátedra, promovida y organizada por la agrupación Insurgencia Feminista, se proyectó el documental Mujeres con pelotas, de los directores Ginger Gentile (EEUU) y Gabriel Balanovsky (Argentina). Luego de la proyección se realizó un debate que estuvo a cargo de Celeste Tritten, una avanzada estudiante de Sociología: “Nos surgió como idea hablar sobre género, y desde ese amplio panorama encararlo desde el lado del fútbol de mujeres, una temática que en la actualidad está muy en boga, pero hay muy pocos trabajos realizados sobre este tema. Al saber de la existencia del documental me pareció interesante poder proyectarlo para luego hablar y debatir de esta cuestión con los estudiantes y con el público en general”.
Instalar este tema en el ámbito universitario todavía pesa, hay mucho machismo y demasiados prejuicios aún. Frases como “si sos mujer, no podes hablar de fútbol” se siguen escuchando. En Santa Fe existe la Liga Santafesina de Fútbol donde hay equipos de mujeres, pero lamentablemente todavía hay mucha desorganización, tanto con las jugadoras como con las chicas que son árbitras.
Y en relación a las mujeres que quieren ejercer el arbitraje en Santa Fe, Celeste destacó que no es lo mismo dirigir hombres que mujeres, “es un problema para la mujer plantarse como autoridad en la cancha y que un grupo de hombres acate las decisiones”.
Asimismo, dijo que en Santa Fe se quiere introducir al fútbol femenino y a la figura de la mujer dentro del fútbol, pero “no hay decisiones políticas, no está la infraestructura necesaria, ni la vestimenta que las chicas requieren para poder jugar, ni siquiera un vestuario aparte. Son varios detalles que suman a la discriminación que sigue sufriendo la mujer en el fútbol”.
En la misma línea temática, Tritten señaló que “ya existen varias periodistas deportivas en Santa Fe, pero no tienen espacio en los medios de comunicación, y las que están son muy criticadas por el sólo hecho de ser mujer, para muchos las mujeres no pueden jugar, no pueden dirigir y no pueden hablar del tema”. Teniendo en cuenta lo que aseguró Tritten, en nuestra ciudad todavía estamos lejos de escuchar con atención a periodistas de la talla de Ángela Lerena o Luciana Rubinska.
Hay muy poca investigación del fútbol femenino a nivel sociológico, sin embargo hay mucho más en Brasil, Perú y Venezuela. En nuestro país hay más trabajos realizados sobre la cultura del aguante en el fútbol, referido a la violencia en este deporte, donde el sociólogo Pablo Alabarces es uno de los mayores investigadores.
En la cancha y el periodismo
“Entre todas queremos instalar este tema en la sociedad”, indicó Tritten. Y entre los temas que se desprenden cuando se juntan las diferentes representantes del fútbol femenino, las chicas hablan “del espacio en disputa, de los prejuicios, de los insultos, de cómo se establecen las comparaciones entre el fútbol femenino y el masculino, la aprobación que tienen o no las chicas, la pobre difusión mediática del fútbol femenino y qué se puede hacer para poder tener el dominio de la pelota, usando una metáfora futbolera. Estas charlas nos ayudan a crecer y aprender entre todas”.
También aportó datos de la vida cotidiana que atentan con el deporte más popular del mundo jugado por mujeres. “En las charlas con las chicas, que muchas veces se transforman en quejas, ellas cuentan que tienen que dejar de jugar porque no les alcanza el dinero para pagar la cuota del club o porque no pueden descuidar la casa, porque son amas de casa, o porque tienen que cuidar al hijo o los hijos, o porque quedaron embarazada”, dijo.
Más allá de algunos indicadores, como que cada vez hay más mujeres jugando al fútbol cinco, Celeste no tiene una mirada optimista sobre el tema: “Dicen que el futuro del fútbol es femenino, pero todavía no se ve nada, la única solución a esto es fundar clubes que sólo tengan fútbol femenino”.
El documental
La obra audiovisual se estrenó en mayo de 2014. Trata de un grupo de chicas de la Villa 31 (CABA) que lucha por formar su propio equipo de fútbol. Con perseverancia y valentía ellas recorren un camino lleno de obstáculos que, finalmente, les permitirá cumplir el sueño impensado de participar en el Mundial de los Sin Techo, en Brasil.
Con este punto de partida, los directores Ginger Gentile y Gabriel Balanovsky revelan el mundo del fútbol femenino en la Argentina, en el que quedan al descubierto desde el prejuicio de las propias familias hasta la total falta de apoyo de los dirigentes locales, a contramano de su desarrollo en todo el mundo.
Los realizadores se centran en Mónica Santino, una de las pioneras locales del fútbol femenino y señalan también las palabras de esas otras mujeres que decidieron ingresar a diversos equipos barriales. El documental quiere abarcar un espectro amplio de voces que incluye a las chicas, las entrenadoras, los dirigentes de los clubes, Víctor Hugo Morales, algunos periodistas deportivos y otros ejemplares de la fauna futbolera.
Desde las bases
Pausa dialogó con Gabriel Balanovsky, uno de los directores del documental Mujeres con pelotas, y el realizador destacó la evolución del fútbol femenino (al menos en Buenos Aires) desde que comenzaron a realizar la obra (2008) hasta que comenzó el tiempo de la edición (2013). “A medida que íbamos avanzando en las notas y todo el trabajo de investigación, empezamos a notar que el fútbol femenino iba creciendo enormemente a nivel base, como por ejemplo los alquileres de canchas, y todos nos decían que tenían que empezar a construir vestuarios para mujeres”. A partir de ese dato comenzaron a bucear en otros ámbitos, por fuera del equipo de Mónica Santino en la Villa 31.
El origen del documental que realizó San Telmo Producciones “se basa en proyectos con contenido social, empezamos a entrevistar diferentes casos y el caso de Mónica Santino con el equipo de la 31 nos pareció muy interesante para mostrarlo, el fútbol en el comienzo del proyecto era un telón de fondo de lo que nos interesaba”. Y agregó: “lo que nos interesó de Mónica es la utilización del fútbol como herramienta de convocatoria y transformación social”.
Balanovsky relató que al empezar con el proyecto le parecía “ridículo que en un país como el nuestro, donde el fútbol atraviesa a toda la población (hombres y mujeres), esté tan complicado para las mujeres practicar fútbol. Es muy ridículo, en todos los deportes hay masculino y femenino”.
Con respecto a la posición de la dirigencia para que se pueda observar un real crecimiento del fútbol femenino, recalcó que “estaría muy bueno que la dirigencia tome en cuenta lo que está ocurriendo a nivel base, es normal que en todos los movimientos sociales siempre arranquen las bases y la dirigencia son los últimos en plegarse, no creo que este caso sea el diferente”.
El director, con tono de asombro, narró que “hay una perla en el documental, ante la primera hipótesis de quiénes se oponen a que las mujeres jueguen al fútbol, nos respondíamos los hombres, pero cuando empezamos a entrevistar jugadoras comenzamos a descubrir que nos relataban lo contrario, la mayoría nos decían que habían aprendido a jugar al fútbol gracias a sus hermanos, padres, amigos o primos, que los habilitaban en el juego, en el conocimiento y las llevaban a la cancha desde pequeñas, sin embargo eran las propias mujeres de la familia o amigas las que se oponían a todo eso”.
Después de varios años de trabajo y un balance favorable de Mujeres con pelotas, Pausa le preguntó a Gabriel por alguna frase que le haya quedado entre tantos entrevistados. Sin titubeos disparó: “Le preguntamos a un hombre si había visto alguna vez un partido de fútbol femenino, y el tipo respondió: “Gracias a Dios, no”.