La edición 2017 de la Marcha del Orgullo fue histórica en Santa Fe por su masividad y organización. Los colores y el agite expresaron los duros reclamos del colectivo al Estado y a la sociedad.
El pronóstico venía amenazando desde hacía unos días: lluvia y viento, 80% de probabilidades de tormenta para el domingo 3 de diciembre en Santa Fe. La organización, que llevaba unos tres largos meses con los preparativos, no se achicó: la marcha se hace sí o sí, cambiando el recorrido y con el festival bajo techo en Demos, pero se hace.
Minutos antes de las cinco de la tarde, ya sin la amenazante tormenta que apenas había llegado a molesto chaparrón, los alrededores del extremo oeste del Puente Colgante comenzaron a llenarse de putos, tortas, trans, travas, queer –y una buena cantidad de heteros– que montados de colores, banderas y carteles, fueron formando la columna que llegó a tener dos cuadras de extensión a la hora de comenzar a marchar por bulevar hacia El Molino, Fábrica Cultural, el destino final donde tuvo lugar el acto central de la Marcha del Orgullo.
A lo largo de 15 cuadras, las más de 20 agrupaciones que se unieron para organizar la marcha se encolumnaron detrás de un cartel que anunciaba el principal reclamo de la jornada, el cupo laboral trans.
La prostitución como forma predominante de subsistencia, la falta de acceso a la salud y la violencia a la que se encuentran expuestas las y los trans, hacen que este sea el sector más vulnerable del colectivo, con una expectativa de vida de no más de 40 años. “En la ciudad impulsamos un proyecto de ordenanza de Cupo Laboral Trans Municipal que hace un año y medio que está estancado”, comentó Victoria Stéfano, activista trans de Red Diversa Positiva. “Ahora estamos en una etapa de negociación con la municipalidad, con los gremios, para que lo hagan parte de su reclamo paritario y nos ayuden a poder generar la lucha suficiente para lograr su aprobación”. Este proyecto, entre otras cosas, prevé el ingreso de no menos de cinco personas trans por año a la planta municipal; la no consideración de antecedentes penales debido a la indiscriminada detención que las y los trans sufren por parte del Estado, amparado en los ya derogados Códigos de Faltas; y las exenciones impositivas a empresas que contraten personas trans.
A nivel provincial, Stéfano aseguró que el panorama es más complicado, ya que “el proyecto que era impulsado por las organizaciones perdió estado parlamentario, así que nos vemos en la obligación de volver a presentarlo, conversarlo y poder lograr que el año que viene sea tomado en cuenta en la Legislatura”.
Ni unx menos
Los travesticidios, transfemicidios y femicidios también fueron parte de las denuncias que el colectivo LGBTIQ hizo durante la jornada.
Los nombres de Vanesa Zabala, Pamela Tabares, Chiche Castañeda y Coty Olmos, todas trans asesinadas en la provincia, resonaron durante la marcha y en el acto, siempre acompañados de un contundente grito de “presente” por parte las y los asistentes. Al respecto, Stéfano comentó: “Es muy movilizador y representa una gran responsabilidad hablar por las que están, pero mucho más por las que ya no están. Y es justamente en ese pedido de justicia, en ese grito de reparación, que nos unimos para hacer esta marcha, que nos unimos desde distintos lugares para resistir a los gobiernos de derecha, al protocolo de detención y a todas las medidas antipopulares que afectan al colectivo LGBTIQ”.
El pedido de aparición con vida de Natalia Acosta y Rosalía Jara también estuvo presente, así como el reclamo de justicia por las 25 víctimas de la violencia machista en la provincia durante este año.
Leandro Wolkovicz, de la agrupación El Orgullo, reconoció que si bien “ya no nos cierran tantas puertas ni nos reciben con insultos en todos lados, sigue habiendo un montón de deudas”, y la violencia hacia el colectivo sigue estando presente, “en un contexto de recrudecimiento del accionar represivo de las fuerzas del Estado”. Al respecto, agregó que “este fin de semana un pibe gay fue masacrado por ocho varones en Buenos Aires y el asesinato permanente de las compañeras trans no despierta ese repudio popular que sí despiertan las mujeres y varones cis (personas cuya identidad de género y género biológico coinciden) cuando son asesinados”.
Aún en la diversidad de las agrupaciones que conforman la mesa organizadora, con diferencias ideológicas y partidarias, los reclamos de libertad a Milagro Sala y justicia por Santiago Maldonado y Rafael Nahuel fueron contundentes.
El protocolo de detención de personas LGBTIQ fue, también, de lo más referenciado en la tarde del domingo. “Siempre, cada vez que hay un auge represivo, como sucede ahora, la violencia de las fuerzas de seguridad cae sobre nosotrxs”, expresaron en el documento. “El Ministerio de Seguridad de la Nación, con la firma de Patricia Bullrich, decreta un protocolo policial para detener y registrar a las personas LGBTIQ, este tiene carácter represivo y no inclusivo, y avala a la policía a legitimar los castigos y abusos que históricamente sufrimos, un ejemplo de esto es permitir la requisa sin vestimenta en las comisarías, violando normas internacionales y nacionales de derechos humanos”, manifestaron en el texto.
Educar en la diversidad
Para que la igualdad formal alcanzada con las leyes de matrimonio igualitario e identidad de género sea también una igualdad cultural, que destierre prejuicios y discriminaciones, la Educación Sexual Integral cumple un rol fundamental.
El proyecto de ley provincial de ESI, que perdió estado parlamentario el 30 de noviembre, estuvo presente entre los reclamos. “Demandamos a la Legislatura santafesina la aprobación urgente de una Ley Provincial de Educación Sexual Integral y repudiamos las presiones de las jerarquías religiosas y su injerencia en las decisiones del Estado. Exigimos también que las instituciones educativas no sean indiferentes ante el acoso escolar a niñas, niños y adolescentes LGBTIQ. Estas violencias afectan subjetivamente, imposibilitan el reconocimiento y la valoración de todas las formas de identidades y constituyen experiencias expulsivas del sistema educativo”.
Aunque la ley propia de ESI se cayó, el tema sí forma parte del articulado del proyecto de Ley de Educación Provincial, presentada por el gobernador Miguel Lifschitz el lunes 4 de diciembre. Esa noche, durante el acto de presentación en la explanada de la Legislatura, hubo una intervención de militantes con pancartas que se pararon frente al gobernador y sus ministros para plantear la demanda. Uno de los carteles decía, sin medias tintas: “Sin ESI habrá más niños violados”.
Por el derecho a la salud
El 1º de diciembre un nuevo proyecto de ley de VIH y Sida que buscaba reemplazar el actual, que tiene más de 20 años, perdió estado parlamentario.“Si bien todas las personas estamos expuestas al VIH, lo cierto es que la comunidad gay y la comunidad trans siguen siendo algunos de los grupos más afectados por la epidemia. Y esto es por la situación de vulnerabilidad estructural en que se encuentran nuestros grupos”. El reclamo es el de una legislación que impulse la producción pública de medicamentos antirretrovirales, participación de personas viviendo con VIH en la implementación de políticas públicas y la incorporación de una perspectiva de derechos humanos.
El cumplimiento efectivo de los artículos de la Ley de Identidad de Género que hacen a la salud integral, el intento de modificar por decreto la Ley Nacional de Salud Mental, y demandas históricas como el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, también formaron parte de los reclamos en materia de salud.
El orgullo que crece
Con algunas idas y vueltas, con mayor o menor visibilidad, Santa Fe realiza desde hace más de 10 años su Marcha de Orgullo. Un recambio generacional que se evidenció en la calle, donde referentes históricxs del colectivo marcharon junto a una gran masa sub 30, hizo que la movilización de este 2017 ya sea histórica, tanto por la masividad como por la cantidad de organizaciones que estuvieron al frente.
“Fue un trabajo arduo, porque nosotros somos militantes de la diversidad, no organizadores de eventos, así que realmente pusimos todo para hacerla y creo que la convocatoria evidencia eso”, remarcó Augusto Lazzaroni, integrante de El Orgullo. “Esta bueno poder unirnos y generar manifestaciones, documentos, esta fue una producción política muy importante y es multipartidaria, así que estamos felices”.
Leandro Wolkovicz, en la misma línea, concluyó: “Esta marcha viene a poner en discusión una voz, la de un movimiento que está más vital que nunca. Hay un lema que usan en el Encuentro Nacional de Mujeres, que dice que le cambia la vida a las mujeres que participan, yo creo que con esto es igual y esa es justamente la idea”.
Los colores, los brillos, algunas plumas y un final a pura fiesta con artistas locales y la cumbia bien diversa de Sudor Marika, fueron parte del cotillón que acompañó, e hizo más digerible, todos estos reclamos, la memoria de lxs caídos y las reivindicaciones históricas. Fue una fiesta, sí, pero profundamente política, porque, como dejó grabado a fuego Carlos Jáuregui en la memoria del colectivo, en una sociedad que nos educa para la vergüenza, el orgullo es una respuesta política.