El último informe anual de la agencia para los refugiados de la ONU arroja que 65,6 millones de personas se encontraban desplazadas a finales de 2016. Hoy celebrarán, lejos de su hogar, la historia del nacimiento de alguien que fue como ellos.
En promedio, 20 personas por minuto se vieron obligadas a huir de sus hogares y buscar protección en otro lugar durante 2016, ya sea dentro de las fronteras de su país o en otros países. De los 65,6 millones de personas desplazadas forzadamente hasta el 31 de diciembre de 2016, 22,5 millones eran refugiados (17,2 millones bajo el mandato del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y 5,3 millones registrados por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo), 40,3 millones desplazados internos y 2,8 millones solicitantes de asilo.
Tres países expulsaron el 55% de la población refugiada del mundo: Siria, con 5,5 millones de personas, Afganistán, con 2,5 millones y Sudán del Sur, con 1,4 millones. Colombia, con 7,4 millones de personas, Siria con 6,3 millones, e Irak, con 3,6 millones, son los que tienen las mayores poblaciones de desplazados internos.
Turquía es el mayor país de acogida de migrantes forzados, con 2,9 millones de refugiados. Con alrededor de un refugiado cada seis ciudadanos, el Líbano acoge relativamente a más refugiados, en comparación con su población, que cualquier otro país del mundo.
Perseguidos en Hungría, apelmazados de terror en barcas del Mediterráneo, hacinados en carpas en el desierto, caminando por vías desconocidas, en los refugiados hay parte del rostro más propio y abandonado de la humanidad.