En 2017 la producción siderúrgica reflotó después de un hundimiento histórico en 2016, donde estuvo en niveles de la crisis de 2001. Sin embargo, el repunte es muy débil. El año cerrará apenas superando al 2001, 2002, 2009 y 2016.
De línea oficialista, la Cámara Argentina del Acero (CAA) se muestra exultante con las alzas del sector en los últimos meses. De hecho, en noviembre hubo una suba del 14,02% respecto del mismo mes del año pasado. Y el acumulado desde enero está 11,9% arriba de 2016. El problema es que el año pasado la producción siderúrgica había caído un 17,77% respecto de 2015. Esto quiere decir que aún en un año impar –aquellos con mayor gasto público por razones electorales– no se alcanzó recuperar lo perdido. Y ya se viene el complicado 2018.
Como todos los meses, la CAA explica que el alza en la producción se debe a la obra pública, la construcción privada, la maquinaria agrícola y los avances en Vaca Muerta. Sobre el resto de los sectores industriales –la siderurgia es para la industria lo que el trigo para el pan–, durante el último año, poco y nada, sacando algunas menciones esporádicas a la línea blanca.
Diciembre llegará y habrá un alza respecto de diciembre de 2016. Es casi inevitable: el de 2016 fue el peor diciembre después del de 2008 (cuando empezó a pegar la crisis internacional) y el de 2001. Así, el mejor año en lo que va de la era Cambiemos tendrá el éxito de sólo superar el 2016, el 2009, el 2002 y el 2001.