En el Boletín Oficial de ayer, 5 de diciembre, se publicó el Decreto 1009/2017, a través del cual se actualizaron las remuneraciones del obispado castrense, aquellos que asisten al personal católico de las tres Fuerzas Armadas, Gendarmería Nacional y Prefectura Naval Argentina.
Del texto de la normativa se desprende que el nuevo sueldo que el Estado argentino le pagará al obispo castrense, será el equivalente a un subsecretario de Estado, es decir, unos $100 mil pesos.
En tanto que un obispo auxiliar o vicario, ganará $57.078; el vicario general y moderador de la curia se llevará $47.565 y el secretario general unos $35.864,01.
El actual obispo castrense es monseñor Santiago Olivera, quien fue designado por el Papa Francisco en marzo de este año. El puesto que hoy ocupa Olivera estuvo desierto por 10 años, luego de que Néstor Kirchner pidiera al Vaticano la remoción de monseñor Baseotto, al trascender una carta que el religioso le había enviado al entonces ministro de Salud, Ginés González García, mostrándole su descontento por promover el reparto de preservativos en los colegios para evitar embarazos no deseados y la transmisión de enfermedades.
En el texto, el obispo lo criticaba apelando a una cita bíblica que dice: “Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños”. Kirchner interpretó esa mención como una alusión apologética a los “vuelos de la muerte” realizados durante la última dictadura y decretó su inmediata separación del cargo.