Unidos contra el ajuste

La presentación de la Multisectorial. Foto: CTA Santa Fe.

Los gremios santafesinos dejaron sus diferencias de lado para enfrentar las medidas de Cambiemos.

El fenómeno comenzó con el cambio político de 2015, se afianzó durante 2016 y este año terminó de consolidarse: en Santa Fe, la unidad de los gremios es una realidad, a diferencia de lo que ocurre en el plano nacional donde aun persisten diferencias.

El germen de la unidad fue la conformación, luego del triunfo de Cambiemos, de la Comisión Intersindical del Sector Público de la provincia de Santa Fe, donde confluyen Amra, Amsafé, APEL, la Asociación Bancaria, ATE, la Asociación Tribunales, Festram, Luz y Fuerza, Sadop, el Sindicato de Trabajadores Viales y SOEME.

La unidad sindical se planteó desde el principio en rechazo a las medidas económicas del presidente Mauricio Macri. Así, gremios que a lo largo del período kirchnerista tuvieron diferencias, las dejaron de lado ante el avance del ajuste.

Aquel primer paso dado por los gremios del sector público en 2015 y 2016 se consolidó en 2017 con la conformación del Movimiento Obrero Santafesino (MOS), al que se sumaron también las regionales de la CGT de Santa Fe, San Lorenzo, Venado Tuerto, Rafaela y Reconquista y sindicatos importantes del sector privado como la Unión Obrera Metalúrgica.

Desde el principio, quedó en claro que la unidad gremial es la única vía que tienen los trabajadores para enfrentar las medidas económicas de Cambiemos. A fines de 2017, el documento fundacional de la Comisión Intersindical resulta premonitorio: “Nuestro país ya sufrió, en diferentes momentos de su historia, el camino de la liberalización de la economía: cuando desaparece el Estado y se permite que el mercado sea el que distribuye recursos, se inicia una constante transferencia de ingresos desde los asalariados hacia los sectores concentrados de la economía”.

En 2017, la CGT y las dos CTA dieron señales de unidad no solo desde el discurso sino también en la calle. Las principales centrales sindicales marcharon con docentes y estatales durante las difíciles negociaciones paritarias; hubo también acciones conjuntas en rechazo al ajuste en el sector privado; con el paso de los meses, las centrales y sus gremios de base decidieron articular con las organizaciones de los trabajadores informales, como la CCC y la CTEP.

Movilizados

La primera batalla de 2017 fue por paritarias sin techos ni condicionamientos. Los gremios docentes –a quienes el gobierno central les cerró la puerta y no les permitió negociar en forma colectiva salarios ni condiciones de trabajo– debieron cerrar acuerdos con el gobierno provincial sin referencia nacional.

El clima fue espeso desde el principio. El 1º de marzo, en medio de medidas de fuerza de maestros en todo el país, el presidente atacó en forma directa a los gremios durante su discurso de apertura de sesiones en el Congreso y hasta le dedicó una frase amenazante al líder de Suteba Roberto Baradel. Ese día, Macri dejó en claro que bajo su mandato el Estado se va a retirar de la puja salarial para que los aumentos se resuelvan de acuerdo a las reglas del mercado.

Las negociaciones en Santa Fe estuvieron marcadas por el escenario nacional. Con la paritaria docente clausurada en forma unilateral por el ex ministro Esteban Bullrich, cada provincia debió negociar a ciegas con estatales y docentes. Hubo tres propuestas de aumento salarial: las dos primeras (19,5% y 21%) fueron rechazadas con medidas de fuerza; la tercera, del 25%, fue aceptada por estatales, municipales y docentes. El acuerdo incluyó una “cláusula gatillo” por la cual los salarios se actualizarán automáticamente si la inflación medida por la provincia supera ese porcentaje (de enero a octubre acumuló un  21,1%).

El acuerdo no se replicó en todos los sectores: algunos gremios debieron conformarse con aumentos menores –comercio cerró un 20% – y otros pudieron perforar ese techo, como los aceiteros que lograron un incremento anual del 31%.

El mismo camino

El jueves 6 de abril se realizó el primer paro nacional contra el gobierno de Macri. En Santa Fe, hubo muestras de unidad entre la CGT y las dos CTA, la CCC, la CTEP y los comerciantes reunidos en Apyme.

Sobre fin de año, el 18 de diciembre, en medio del debate por la reforma jubilatoria, se realizó el segundo paro nacional contra Cambiemos. El escenario en Santa Fe fue el mismo: la esquina de San Martín y Tucumán, frente a la Anses y el Banco Nación.

Entre el primer y el segundo paro, el gobierno nacional radicalizó su postura frente a las organizaciones de los trabajadores: no dio el brazo a torcer en cuanto a la paritaria docente, no intervino como árbitro en las negociaciones de los sectores más débiles –castigados con aumentos salariales que quedaron por debajo de la inflación– y luego de las elecciones intermedias lanzó un paquete de reformas que perjudicarán en forma directa a los asalariados.

El año 2018 asoma con la cancha marcada por el ministro Nicolás Dujovne, quien señaló que los aumentos no deberán superar el 16,6% para de ese modo controlar la inflación. Los gremios de Santa Fe hacen cuentas para dar la batalla salarial.

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