Estos son unos apuntes desordenados que quiero anotar ya: Mao decía que había que diferenciar entre contradicciones principales y contradicciones secundarias. En el caso de ayer, la principal era la lucha contra la ley que se estaba tratando en el Congreso. La secundaria, los métodos de oposición a la ley.
En este momento C5N titula: “Violencia en las calles y ley en el Congreso”. La semántica se enloquece. Si la violencia es lo contrario de la ley, tenemos un problema. Por lo tanto, el título que más se acercaría a la verdad, diría: "Violencia en el Congreso genera violencia en las calles”.
Hay una historia de las movilizaciones, también. El jueves anterior, la Gendarmería cargó sin piedad contra los manifestantes, diputados y diputadas de la oposición y la gente suelta que andaba por ahí. Fue un primer gesto de violencia institucional completamente innecesaria. Al lado, tenemos que tener en cuenta que la ley en sí es un crimen, es una violencia contra las personas más desprotegidas de la sociedad: los ancianos, los niños, los discapacitados, etc. Otro crimen fue la extorsión a la que se prestaron los gobernadores. Otro crimen fue la desesperación por sacar la ley fuera como fuera.
Hay otra historia: la de Santiago Maldonado, la de Rafael Nahuel, la de Milagro Sala. Esta gente es sanguinaria y no duda en matar si se los contradice.
Al lado de esto, unos piedrazos no son cosa grave.
¿Por qué se escandaliza tanto la gente cuando ve chicos encapuchados tirando con gomera a los gendarmes? Porque, en general, y no siempre, el poder se ejerce a partir de la persuasión. Voz baja, gesto amable, ropa limpia, rostro descubierto. Te hablo con “buena educación”, te sonrío mientras tanto, con un lenguaje cortés, razonable, bien hilado: TN. Te convenzo. Estoy usando tu inconsciente que detesta, y con razón, la violencia de los gritos, de la prepotencia, del abuso físico y mental, a favor de mis argumentaciones. Y vos vas y votás al tipo de buenos modales, porque cuando la yegua se encrespa en una perorata política, te provoca rechazo.
Ahora bien. El problema que yo tengo es con la cuestión de la oportunidad. Sabemos que un cambio radical en una sociedad nunca se puede llevar a cabo pacíficamente. Eso nos lo demostró, de una vez y para siempre, el proceso en Chile de Salvador Allende. En aquellos tiempos, se decía que los grupos de izquierda chilenos estaban pensando, andá a saber si es cierto, qué tipo de autodefensa debía tener el pueblo, ante eventuales ataques violentos de la ultraderecha. Obviamente, no hubo oportunidad de cerrar esa discusión, ya sabemos cómo terminó todo.
Primero tenés que convencer a las personas de que los buenos modales no son sinónimos ni de verdad ni de veracidad. El tipo con cara de piedra te larga las mentiras más burdas consciente de que te las hace creer. Y la lucha de clases, no es una pelea doméstica. No es lo mismo pelear en las calles que pelear adentro de tu casa. La lucha de clases es lucha, en primer lugar.
Dice Google: Concepto de lucha. "Del latín “luctare”, lucha, significa pelea o combate, ya sea en el plano del enfrentamiento físico entre dos ejércitos antagónicos armados, como entre uno o más o humanos, usando armas o su propia fuerza y estrategias de pelea. Los animales también luchan para defender su comida o su territorio”. Y la clase que llevaría adelante esta pelea o combate, será una “absolutamente desposeída de toda propiedad de los medios de producción”, dice Marx. Porque las clases medias todavía pueden aspirar a la ascensión de clases, aunque se trate de una ilusión; por lo tanto, no van a liderar ningún cambio social profundo.
Una clase que lleve adelante un proceso tal, no tendrá “nada que perder excepto sus cadenas”.
(En todo el tiempo que me llevó escribir estas líneas, el título de C5N sigue siendo el mismo que anoté más arriba. ¿Eso es persuasión o violencia?)