¿Cómo, cuándo y cuánto dormimos los argentinos?

Una estadística elaborada por el Conicet, a través de una encuesta on line, busca configurar un mapeo de la calidad del descanso en nuestro país. Con los resultados, entre otras cosas, se podría estudiar la posibilidad del cambio del huso horario.

 A veces aún no sonó el despertador y ya estamos despiertos. Otras veces, suena y saltamos urgidos por cumplir con nuestras obligaciones. El sueño y las horas que le dedicamos devienen tanto en un tema tan cotidiano –y hasta fastidioso–, como un objeto de estudio para la ciencia. Así es como un grupo de investigadores del Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) diseñó un formulario destinado a obtener una estadística y conocer las preferencias diarias y los hábitos relacionados con el sueño en nuestro país.

Uno de los mentores del proyecto, el biólogo Diego Golombek, aspira a que se pueda discutir el huso horario en el que debiera estar Argentina. Desde su visión, ese podría ser uno de los cambios que mejoren el sueño, la productividad, la propensión a las enfermedades y, claro está, el estado de ánimo. “El objetivo de este estudio es que la gente sea más consciente de la biología y su relación con el medio ambiente. Si además de eso podemos sacar conclusiones que aconsejen, mejoren y ayuden a las decisiones de políticas públicas, mejor”, explicó el científico.

La encuesta en cuestión se denomina Crono Argentina y fue realizada también por las doctoras María Juliana Leone, investigadora del Consejo, y Marina Giménez, de Holanda. Para completarla se debe acceder a una plataforma (www.cronoargentina.com), en tanto está destinada a argentinos mayores de 13 años y es totalmente anónima. Con relación al tipo de preguntas, se interroga sobre datos personales relativos a las características de la población, las preferencias cotidianas y las costumbres relacionadas con el descanso.

Un factor determinante, a la luz de los hábitos de la época, es el contacto que tenemos con los dispositivos electrónicos. “El problema está en que las pantallas modernas usan un tipo de Led que es el que más estimula al reloj biológico. Si vos recibís esa luz a la noche el reloj se desorienta”, argumentó Golombek.

Y, justamente, el reloj biológico es la clave de la cuestión porque se trata de esa herramienta que regula los tiempos de actividad de un ser humano y que se ubica en los núcleos supraquiasmáticos del cerebro.

En consonancia con ello, también puede ser incidente en el buen o mal dormir la geografía. “Lo primero que queremos saber es si hay correlación geográfica: saber si en los ejes norte sur y este oeste hay variación de cronotipos. Y después relacionarlos con las variables que vayamos sacando de la encuesta y demográficas: población urbana y rural, grandes centros poblacionales, que sacamos de datos públicos”, comentó Golombek. Por eso se pretende encuestar al 1% de la población, vale decir, 450 mil argentinos de diferentes regiones.

“Por razones históricas, Argentina está en el huso horario menos tres, pero si uno lo analiza geográficamente, estás en medio del Océano Atlántico, no donde se debiera estar. ¿Por qué? Habría que considerar cuál es el huso horario que mejor se adapta a nuestra geografía”, esgrimió el investigador acorde a una publicación del propio Conicet.

Y agregó: “Si cambiás el horario para tener más luz por la noche, la gente cena más tarde, por lo tanto duerme menos, y se vive peor. Hay un estudio que dice que dormimos entre una y dos horas menos que hace 50 o 100 años: eso es muchísimo y las consecuencias son muy importantes. Si se duerme menos se vive peor. Hay más accidentes, tenés peor ánimo, te equivocás y te enfermás más. Tengamos al sueño como un factor de importancia pública y no sólo como un factor anecdótico que uno hace cuando puede”, bregó.

Más información: www.facebook.com/proyecto.cronoargentina

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