Ayer el presidente Macri anunció que el Programa ProGresAr -un plan de ayuda económica para estudiantes que están desocupados, trabajan en negro o tienen un sueldo mínimo- se iba a transferir desde el AnSes al Ministerio de Educación y que se iba a transformar en un "plan de becas" para los estudiantes que tienen promedio alto en su carrera. Que, como sabemos, por lo general son los que no necesitan trabajar y disponen de tiempo de sobra para estudiar. Es decir, son los que mejor la pasan. Por otro lado, si uno de los criterios es el promedio, ¿qué chances de acceder a una beca tiene un estudiante del primer año o que recién ingresa y no ha rendido materias?
Más allá de los ejemplos o generalizaciones, hay una cuestión central: se desmantela un programa enmarcado dentro de las políticas de Seguridad Social (de allí la sigla AnSes, claro) con la consecuente disminución del presupuesto para financiar acciones que podrían garantizarles mejores condiciones de vida y oportunidades de desarrollarse como sujeto autónomo: más chances de estudiar, más chances de pensar críticamente y de aprender destrezas intelectuales y físicas para poder así producir mercancía que permita cambiarla por dinero para vivir bien. Ni más ni menos que la garantía de poder ejercer dos derechos inalienables: a la educación y al trabajo.
Mientras Macri anunciaba, repito, el traspaso del ProGreSar a Educación, el ministro de finanzas Luis A. Caputo, firmaba la Resolución ministerial por la cual el gobierno toma del AnSes $16 mil millones para "financiarse". En la resolución no se aclara el significado de "financiarse", es decir, no dice para qué se va a usar ese dinero. La noticia de perfil.com de donde saqué esta información, tampoco lo dice.
¿Qué estoy queriendo decir con lo anterior?
1.- Que no son medidas aisladas las que toma este gobierno. Que es sistemático el desmantelamiento de las áreas y sectores que se dedican a desarrollar y ejecutar políticas y acciones de Seguridad Social, Educativas, Culturales que tienen por principal beneficiario al que menos chances de acceder a sus derechos básicos tiene: el pobre.
2.- Si son sistemáticos, no son improvisados. No son estúpidos, amén de que se esmeran lo suficiente como para parecerlo. Saben lo que quieren y toman decisiones consecuentes con ello. Y son sinceros con su deseo: ese es en el país que quieren vivir para seguir acumulando, a costa de quitarles a otros.
3.- Insisto: son decisiones políticas con un horizonte claro. No están obligados a hacer esto: lo hacen porque quieren. Podrían no hacerlo. De hecho, no todos lo hicieron. Podrían optar por no desmantelar tres canales de televisión; no vender dos satélites que nos auguraban cierta independencia tecnológica e informática; podrían no haber optado por la reforma previsional; podrían no haber derogado la ley de medios; podrían no haber asfixiado al plan Conectar Igualdad. Podrían haberlo hecho, pero no lo hicieron. Porque no es lo que querían hacer.
4.- En su lugar, prefirieron quitarle las retenciones a los agroexportadores y a las grandes mineras. Prefirieron eso, porque es lo que quieren hacer."
5.- Y lo que ellos quieren hacer, y que están haciendo, tiende a profundizar la pobreza de los pobres, a volver a empobrecer a la clase media y a enriquecer a los más ricos. Esto se traduce en convertir derechos en privilegios. Total a ellos no les importa. Total ellos pueden pagar por tener esos accesos.
6.- Y encima creen que se lo merecen.
¿Qué pensamos hacer con todo esto?