La revolución femenina atraviesa capas y capas, sociales, culturales, económicas, todas las que se te ocurran. Una muestra más de este proceso de igualdad que se viene generando en nuestra sociedad se da en el fútbol. Y en estos días donde se escucha y lee tanto cruce mediático y de redes sociales sobre feminismo, desde este rincón de Pausa queremos destacar una noticia que ejemplifica los tiempos de cambio (nada tiene que ver con aquella popular canción de 1990 de los alemanes Scorpions).
La buena nueva tiene más de un año -octubre de 2016-, pero vale hoy volver a ponerla en superficie. Y dice: Conmebol resolvió que a partir del 2019, los clubes que no tengan equipo de fútbol femenino, no podrán participar de la Copa Libertadores y Sudamericana.
Las exigencias de parte del organismo sudamericano destacan en la reglamentación: “El solicitante deberá tener un primer equipo femenino o asociarse a un club que posea el mismo. Además deberá tener por lo menos una categoría juvenil femenina o asociarse a un club que posea la misma. En ambos casos el solicitante deberá proveer de soporte técnico y toda la equipamiento e infraestructura (campo de juego para la disputa de partidos y de entrenamiento) necesarias para el desarrollo de ambos equipos en condiciones adecuadas. Finalmente, se exige que ambos equipos participen en competiciones nacionales y/o regionales autorizadas por la respectiva asociación miembro.”
El requerimiento por parte de la máxima institución del fútbol de América del Sur es una herramienta más (importante) para seguir generando igualdad. De esta manera la ley colabora de manera directa para que se haga operativo el fútbol femenino en decenas de clubes que tienen estructura para generar el crecimiento del fútbol femenino.
Esta noticia son varios granos de arena para la construcción de un cambio real, porque pocas herramientas como el fútbol son capaces de penetran en todos los sectores sociales, tanto de Argentina como de Sudamérica toda.