El técnico sacó a Colón de la zona roja del promedio y lo colocó en la clasificación a la Sudamericana.
El año de Colón, por donde se lo mire, se puede calificar como muy bueno, aunque sus últimos dos partidos terminaron en derrotas. La sorpresiva despedida de Paolo Montero, lejos de ser un problema, se convirtió en una gran noticia. Con la ida del uruguayo pudo llegar Eduardo Domínguez, el gran responsable de la campaña realizada en 2017.
Con el arribo del ex Huracán, Colón consigue ganar siete partidos seguidos, una marca que jamás había conseguido en Primera División. El comienzo de esa racha abrumadora nació con la victoria ante el clásico rival, 2 a 0 en la cancha de Unión. A ese dato hay que sumarle que fueron diez los partidos que no perdió.
Más allá de un leve bajón, hay que destacar que Domínguez potenció un plantel que ya venía armado. El arquero Broun, Conti, Clemente Rodríguez, Poblete, Ledesma y Vera fueron los jugadores destacados en el primer semestre.
Del promedio a la Copa
El muy buen comienzo consolidó al equipo en la tabla del promedio (a no olvidarse del objetivo de Colón cuando empezaba el año) y lo depositó en el sexto certamen internacional que jugará el Sabalero. La tabla de posiciones marca que Colón terminó en el puesto 11 (30 equipos jugaron el torneo de la Independencia 2016-17). Con ese lugar le alcanzó para que sus hinchas, una vez más, vuelvan a poner sus pasaportes al día para ver al equipo en la Sudamericana.
La solidez
La segunda etapa sirvió para demostrar que Eduardo Domínguez podía consolidar su estadía en Santa Fe. Con la mitad del equipo renovado, el DT encontró muy rápido al reemplazante de Poblete (jugador clave en el antiguo Colón). La llegada de Matías Fritzler fue determinante para entender los mejores momentos que tuvo Colón en las primeras 12 fechas del actual torneo. Además hay que agregarle la tarea de la dupla de centrales (Conti-Ortíz), Ledesma y la gran aparición del pibe Chancalay de mitad de cancha hacia arriba. En un segundo escalón aparece el arquero Alexander Domínguez, Toledo y Estigarribia.
Los números nuevamente arrojaron superávit. Colón se mantuvo invicto hasta la fecha 10, luego perdió ante Atlético Tucumán y Talleres, ganó 5, empató 5 y perdió 2. Con esta campaña (40 por ciento del torneo jugado) el Sabalero finalizó el año en el séptimo lugar, en ese segundo pelotón que se divide entre los que están clasificando a las copas continentales.
Pero no todo es bueno en el mundo Colón, porque a pocos días de hacer el brindis de fin de año, todavía no está firme la continuidad de Eduardo Domínguez como DT. ¿Cómo se explica eso? Imposible. Sólo se puede repetir un viejo axioma futbolero: “el fútbol es así”.