Entrevista a fondo con los integrantes de Hugo & los Gemelos, en la previa de su esperado regreso a escena en el Ananá der Festival.
Hace casi un año, en marzo de 2017, Hugo & los Gemelos se presentaban por última vez en el festival “Me quiero dar un Gustock”, en Arroyo Leyes, dejando una incógnita en el público y en ellos mismos: no sabían cuando volverían a juntarse en los escenarios. Habían decidido poner un stop a los cinco años de shows para cumplir con proyectos personales. Es que en una banda —como no les gusta definirse a ellos, porque dicen que no es sólo música lo que hacen, pero que en el diálogo distendido no pueden escaparse de esa definición— que tiene 10 integrantes fijos, pero que es tan flexible que en cada “capítulo” suma invitados de cualquier origen artístico, no es sencillo mantener una regularidad con todos sus integrantes.
Capítulo a capítulo y show a show, Hugo & los Gemelos fueron constituyéndose como grupo artístico, y también sus espectadores como público. Se fue armando una especie de comunión entre la banda y quienes iban a verlos. Nadie, ni ellos, sabían cómo definir eso que pasaba arriba del escenario: café concert, blues litoraleño, arriesgaban algunos. Lo que estaba claro era que un grupo de pibes, con ficciones y letras que retrataban momentos cotidianos de la ciudad o hablaban de los mambos de la vida, pegaba. Interpelaba: al público y a ellos.
En ese último toque, en el predio de la radio comunitaria Voces de la Costa, Lautaro Ruatta, que encarna al Abuelo Hugo y otros personajes en cada capítulo gemelo, le dijo al público: “Esto va a durar lo que ustedes quieran que dure”. Quizás, sin darse cuenta, Lautaro se pronunciaba por él y los demás gemelos, en una suerte de nostalgia anticipada. Casi un año después, en una casa de barrio Mariano Comas, un jueves de febrero caluroso, Hugo & los Gemelos están preparando el show para su vuelta en el Ananá der Festival.
Después del ensayo, Pausa repasó con sus integrantes pasado y presente de la banda.
—¿Cómo surge Hugo & los Gemelos?
Mariano Filosi (MF): Corría el año 2012, pasado el cambio de estación galáctica (que fue el 21 de diciembre, el mal llamado fin del mundo). Andábamos con Martín (Pedretti) por Capilla del Monte, el venía cantando sus canciones y yo me sumé a sus temas. Nos veníamos preguntando cómo llamarnos. Queríamos poner una foto del abuelo Hugo y nosotros hablar e imitarlo: decir "coso, exactamente", porque el personaje del abuelo ya existía en el programa de radio Poker de Sotas. Jodimos tanto que el abuelo encarnó.
Martín Pedretti (MP): Empezamos a tocar en la calle y nos dieron dos pesos nomás —dice Martín entre risas—. Pero dimos con ese nombre maravilloso y empezamos a llamarnos Hugo y los Gemelos.
MF: El origen del nombre como que se fue dando sólo. Más tarde apareció el Lauti (Ruatta) con los personajes. Me acuerdo que después de tocar en una fecha, cuando ya estábamos los tres, apareció una chica y nos dijo: "La semana que viene hago una feria en casa y quiero que esté esto", señalándonos. Y cuando nos lo pidieron dijimos: "Hugo y los Gemelos".
—¿Cómo fue ese proceso de ir creciendo e ir sumando nuevos gemelos?
MP: Como un vicio —comenta Martín entre risas—. De a poquito, terminamos siendo muchos. Es como que se abrió una puerta. Por ejemplo: fuimos a la quinta de un amigo y apareció el personaje este —señala a Facundo Gemignani— y se presenta como la Morsa. Nosotros estábamos haciendo unos temas y en un momento se pone a tocar una canción que era de él. Mariano y yo nos sumamos con el cajón y la armónica. Cuando terminamos de tocarlo yo le dije: “En dos semanas tenemos un show: vos a venir a tocar con nosotros o vamos a tocar tu tema”. Y ahí se sumó y en dos semanas, al capítulo siguiente, ya estaba tocando en vivo.
—Cada vez que tocan es como una especie de ritual. ¿Cómo viven ustedes esto?
Lucas Fornillo: Para mí todavía es rarísimo. Hace cuatro años que estoy en la banda y lo que veo es la máquina de multiplicar gemelos, cada vez más gente. La comunión me parece que es hermosa, está buenísimo, ver que cantan los temas que uno trabajó, que son de autoría de algunos de los compañeros. Es un fenómeno, todavía no le encuentro explicación.
—Ustedes y también el público se va construyendo dependiendo del lugar, y en función de eso también van haciendo el espectáculo. ¿Qué es entonces Hugo & los Gemelos?
Lautaro Ruatta (LR): Lo que tiene de claustrofóbico la banda, lo ayuda mucho. Porque no se encasilla y no quiere estar en un solo lugar. Entonces alguien que fue público en algún momento, termina siendo el organizador de uno de los shows o terminamos con la ocurrencia de poner una barra en uno de los capítulos, para compartir una birra con la gente. Me parece que eso fue una ruptura grande, que no se reduce al café concert. Es una banda que no tiene escenario, y en la carencia de escenario, va inventándolo. Esos escenarios no son tradicionalmente edificados. Entonces la gente no queda en el lugar de espectador. De otra forma, no lo podríamos haber sostenido. Si fuera que H&G se reduce a una banda, moriría ahí. Acá hay una continuidad. Hay muchas complicidades que se van creando para un momento determinado. Y eso es súper amplio. A mí me parece que discursivamente, como se trata una banda, a nosotros nos ha venido muy bien decir que lo somos. Porque hay un recital, aunque después tenés que hacer otra cosa, pero el aparato está ahí. Creo que el corazón es musical, es lo que pulsa. Lo que pasa que la música nos hace comer un montón de películas y todos actuamos cuando estamos en H&G. Yo no sé las opiniones de los chicos, porque tienen experiencia en otras bandas, pero me parece que todos ahí nos metemos un estado que no es ni teatral, ni musical puro. Ocurre en un momento que, se acerca más a un ritual, pero a eso hay que sostenerlo. Y eso sí lo tenemos de banda. Hay que ensayar, hay que cuidar que no se caiga, hay que nutrirlo de energía, hay que tener confianza en el otro. Es de kamikaze esto, porque somos 13 monos que dependemos de un acorde para que tenga sentido el chiste.
—Lautaro, sos psicólogo y docente. ¿Cómo es esto de mezclar la música y la ficción con lo académico?
LR: Me parece que la docencia tiene mucho de soledad. Acá hay varios docentes en la banda. Me parece que lo que se juega en la enseñanza es algo sagrado, y como la banda respeta y rescata lo sagrado, me habilita a que juegue a una docencia absurda, con los personajes que interpreto. Dar clases es prácticamente estar ensayando una intervención de los personajes gemelos. Me parece que está muy vinculado con el lugar del docente. Y las teorías siempre tienen sus agujeros. Me parece que cuando uno más se apropia de algo, más puede jugar con eso, y todo nos reímos bastante de las cosas que nos pasan, entonces también me animo a reírme de un par de verdades y de sostenes. Y encuentro en esa risa, a veces, hallazgos, gente que hace empatía desde esos lugares. H&G, para mí, tiene algo de sagrado, pero desde la desfachatez de lo sagrado, del humanismo. Creo que lo que puedo darle a la banda es humanizar un poco las cuestiones que nos pasan y a veces llevar a un escenario cosas que habitualmente no están: desde un pedazo de carne para hacer un chiste, hasta algo que habitualmente pasa en los medios de comunicación o está inadvertida en la cotidianeidad. Y la docencia hace algo con eso.
—En las letras y en la ficción de Hugo & los Gemelos aparece la cotidianeidad de la ciudad y también de la vida de cualquiera de nosotros. ¿Qué piensan que son sus canciones?
MP: Para mí lo que hacemos es medicina. Porque funciona de esa manera y sale de esa manera.
MF: Es medio catártico también. Que es como otra manera de decirle medicina. Barranquita Soho es una canción muy alegre pero que nació en un momento de mierda. Hacer ese tema fue un momento catártico y medicinal, porque cada vez que llovía se nos inundaba toda la casa que estábamos alquilando, en Barranquitas.
— Hugo & los Gemelos no escapan de los debates actuales sociales y políticos, ¿cómo se laburan estos temas?
LR: En la coyuntura, el espectáculo se volvió político, y eso tiene sus cosas buenas y malas. Estoy hablando por mí —aclara Lautaro—. Somos un montón y pensamos muy distinto. Me parece que hay cuestiones que cuando se espectacularizan están en la casa de la gente. Trabajamos con eso. Hay una posición de, solamente por el hecho de que mis compañeros son artistas, no tener discursos reaccionarios. Por otro lado, es un quilombo pronunciarse, pero mis compañeros me dan un changuí de pronunciarme. Yo trato de tener en cuenta cuando me pronuncio, no pronunciarme exclusivamente. Y dejar un margen para que alguien pueda pensar de otra forma. Por supuesto que hay formas que directamente nos apuntan a la cabeza, no tienen nombre de un político. Yo creo que H&G trabaja causas. Shokasta (un personaje que interpreta) en realidad no es de los pueblos originarios, es de los pueblos originales. Su dramática tiene que ver con eso, que no puede filiarse en ninguna cultura. Eso da una posibilidad escénica inmensa, pero también remite a cuestiones históricas. Algunos de los temas también remiten a eso: a verdades sumergidas, reprimidas. Me animo a decir que en algo estamos todos de acuerdo: no nos gusta ni matar a nadie, ni callar a nadie, ni verduguear a nadie. Y yo trato de que estemos, siempre abierto a que me digan algo, del lado de los locos, del lado de los que no tienen la razón que domina este tiempo.
—¿Qué se cuestiona Hugo & los Gemelos?
Francisco Cecchini: Nos cuestionamos cosas, a veces de más. Por suerte hay una variedad en el grupo y todos tienen sus ideales, en el sentido amplio, es decir, lo que uno quiere hacer bien y sentirse conforme con eso. Siempre estamos con que hay que darle una vuelta de rosca a esto, y a veces se nos pasa la vuelta y quedamos nosotros enroscados en algo, que después se acomoda solo, ya sea un tema o un personaje. Es todo como una órbita que se va acomodando. Yo lo que veo es que en el medio de esto, todos aportamos para que salga bien, todos queremos sumar y creo que por eso me gusta estar acá. Nadie hace la plancha. Siempre hay una energía y espontaneidad, que es propia de lo que hacemos. Nos cuestionamos como tocar, la composición, las intervenciones, cuánto tiene que durar el show.
LR: Yo lo que veo, un poco más desde el borde, que los muchachos se cuestionan si es verdadero lo que están tocando, si están haciendo algo mecánico o no. Me parece que eso es un ideal que se comparte, más allá de lo que piense cada uno. Tiene que ver con el misticismo de la banda, con que sea un lugar cuidado para nosotros, porque también nos da fuerza si haría falta desprenderse de algo: lograr como una dignidad interna de lo que está sonando. Y eso es muy complejo porque hay músicos muy buenos, con distintos estilos, y es una confluencia. Hace mucho, cuando pensábamos en cómo presentarnos, salía la idea de que era como un espacio de síntesis, que no quiere decir resumir. La síntesis es compleja, pero nos puede sostener y también, a veces, cortar o llevar a que no lo hagamos más.
Hugo & los Gemelos son:
Lautaro Ruatta: Personajes y encarnaciones en vivo.
Martín Pedretti: Voz, guitarra acústica y armónicas.
Mariano Filosi: Voz, cajón, bombo legüero y accesorios.
Facundo Gemignani: Ukelele.
Nicolás Bordon: Bajo, contrabajo y coros.
Lucas Fornillo: Guitarra eléctrica.
Sebastián Villar: Congas, bongó y accesorios.
Nicolás Serrano: Trompeta.
Martín Testoni: Saxo soprano.
Francisco Cecchini: Saxo alto.