“Iba a pasar… y pasó nomás”, fue el pie de foto que acompañaba a la imagen que me llegó por whatsapp hace unos días, y en la que se veía un embutido definido como un “Salame 100% vegano”. No, no hay error de tipeo. Tampoco leyó mal. Dice “Salame 100% vegano”. Parafraseando a Los Redonditos, voy a sentenciar que el apocalipsis ya está aquí. Pero hay una buena noticia. Este es el límite: no queda otra más que tomar las armas y salir a romper todo. Que es lo que voy a hacer yo, cuando se me termine de hornear mi tarta de choclo. Y espero ustedes me acompañen.
Cuando me dijeron “Vienen por todo”, yo los acusé de exagerados. “Aflojale a la histeria colectiva”, decía. “No contribuyas al caos y la confusión”, aconsejaba desde un pedestal. Qué iluso que fui. Qué iluso. Y ahora ya es tarde. Están empoderados. No reconocen límites y, encima, están legitimados socialmente: hoy está de moda, y es políticamente correcto, ser vegano. Y eso les hace creer que tienen derecho a colonizar todo. A que todo vale. Pero tocaron una fibra sensible de la pasión criolla: el salame. Y este, si nos organizamos bien, puede ser su Waterloo, su talón de Aquiles, su Herminio Iglesias; en definitiva, el principio de su derrota.
Con el salame no. Es más, te lo digo así: #ConElSalameNo, cosa de poder tuitearlo y ser trending topic. Déjense de joder, en serio. No hay necesidad. Es buscarse enemigos al pedo. No sean torpes. Una cosa es ser valiente y otra imprudente. Se los digo de onda. ¿No les alcanzaba con las “verduras asadas”? ¿No? ¿Tampoco con cambiarle el nombre al pastel de carne por “pastel de papas”? ¿La milanesa de berenjena tampoco les pareció un exceso? Soporté con estoicismo el chocolate light y sobreviví sin chistar a la cultura “Ser” con su abanderado el dulce de leche bajo en calorías. Pero el salame no. Hacen llorar hasta al queso pategrás. Con esto les baja la imagen positiva y la intención de voto a un solo dígito. Después no digan que no se lo buscaron.
Pero no pudieron parar. Es inherente a su naturaleza fundamentalista. ¿Todo tenían que veganizar? ¿Todo? Ya me quitaron una hermana a la que quiero mucho. Tienen sucursal en las Islas Canarias, desalmados. En una hamburguesería vegana trabajaba cuando la fui a visitar. En Argentina nos peleábamos todos los domingos por ver quién agarraba el pedazo de molleja más grande. ¡Me veganizaron a una hermana!
Pero al margen, no entiendo en serio esa obsesión por la dieta carnívora que pretender veganizar: hamburguesas de lentejas; carne picada vegana o milanesas de soja, solo por nombrar una pequeña muestra del horror. Una carne vegana, ¿se entiende? Carne de verdura. Carne verde, bah. O sea, podrida. Entonces, loco, inventen su propia receta. Pónganle nombre nuevo a las comidas. No nos afanen los nuestros, que con tanto orgullo defendemos. Sean creativos. Hagan funcionar la imaginación. ¡Demuestren que son superiores por no comer carne, carajo!
¿Esto lo hacen por una cuestión ecológica? Digo, porque si creen que la milanesa de soja de Grobocopatel es ecológica se están suicidando inconcientemente. Gli-fo-sa-to con saborizante y pan rallado están comiendo, ameos. Y encima estimulan aún más el uso de agrotóxicos con su capricho. Un favor enorme les están haciendo a las vaquitas, ¿saben? Como dijo mi amigo Papu, que puso un bar de cerveza artesanal así que no se puede equivocar, los carnívoros estamos evitando la superpoblación de vacas y cerdos y nos acusan de crueles. ¿De dónde sacarían tanto yuyo para comer si hubiera excedente de vacas o chanchos? Ustedes, veganos, existen gracias a nosotros, sepalón. Somos sus hormigas obreras y estábamos conviviendo bastante bien. Nosotros les generamos el pasto y ustedes cada tanto nos trabajan la culpa con algún folleto de un ternerito con cara de perrolaucha faldero. Era un pacto conveniente para las partes.
Pero no. Se la tuvieron que agarrar con el salame. A ver, chicos. No es una cuestión gauchesca. No. es una cuestión lógica. El segundo principio, ¿se acuerdan? 3er. Año de la secundaria. “Principio de no contradicción: si es A, entonces no es No-A”. Sencillito. O sea, si es carne no es vegana; y si no tiene grasa, no es salame. #SinGrasaNoEsSalame. 1 más 1 es 2. Y si no lo querés reconocer, además de tener que volver a la escuela, sos necio.
Seamos buenos entre nosotros. Convivamos en paz. Si total, todos estamos en contra de Macri, ¿o no? No nos escupamos el asado entre nosotros, gente. Llamen a las cosas por sus nombres, y no nos veganicen los nuestros. Al pan pan, y al salame… picado grueso.
Capo!! Gracias!! por hacerme reír... a defender la trinchera! Son veganos de isis!