Con Rodrigo Barba nos caracterizamos por ser apóstatas. Y cabuleros también. Y por eso mismo, lo que me hizo no se hace. Me arruinó el año. O al menos el primer semestre. Al segundo me lo arruinan Macri o la Bullrich, así que entre una cosa y la otra, el año está perdido. Pero lo que me hizo Barba es peor: me hizo creer que vamos a ganar el Mundial. Y les juro que me convenció al punto tal que mi cabeza ya no concibe no ganarlo. Por eso sé que la desilusión va a ser desoladora. Pero si la llega a pegar…
Lo que sigue es la lógica (les juro por mi gato que tiene lógica) del pronóstico que nuestro Pulido setubalero me mandó por Whatsapp un “15 de marzo de 2018. River le ganó a Boca. No llueve en la provincia de Entre Ríos y… bueno, estoy tirando datos para que se sepa la fecha cuando guardes este audio para la posteridad”. Está drogado, pensé. Pero después me acordé que no fuma porro, así que seguí escuchando el audio de 1:22 minutos. Es un hinchapelotas. ¿Por qué voy a querer guardar este audio? “Porque te voy a explicar por qué Argentina o Inglaterra van a salir campeón del mundo”. Confirmado: estaba drogado.
Era jueves. Yo estaba en un examen, no tenía nada mejor que hacer que escuchar ese audio. Y acá viene lo insólito y lo que comenzó a alimentar mi ilusión: “Las dos opciones [campeón Argentina o Inglaterra] tienen un nombre en común: Pep Guardiola”. El muy desgraciado es bielsista como yo. Sabe que yo soy descendiente de catalanes. Que parlo una mica de català. Que no tolero la idea de que Messi no gane un Mundial. Ya está, somo’ campeone’ otra vé. Encima no juega Palacio. Continuó: “Como hablar de fútbol, es hablar de cualquier cosa menos de fútbol, escúchame bien”. Yo ya era suyo desde el segundo 17 de ese audio.
“Desde que Guardiola es DT se jugaron dos mundiales”. Barba es el pen drive de Alejandro Fabbri: tiene todos los datos del universo. Y yo lo secundo porque soy un enfermo de acumular información completamente inútil. “2010 y 2014. Fíjate en qué país estaba dirigiendo Guardiola en cada mundial: en España en 2010 (Barcelona FC) y Alemania en 2014 (Bayern Munich)”. Hizo un silencio de unos 3 segundos. Seguro le estaba pegando una seca al faso. “Y fíjate qué país salió campeón en esos mundiales: España en 2010 y Alemania en 2014. Sale campeón el país donde Pep está dirigiendo. ¿Y dónde está dirigiendo ahora? Sí, Manchester City. Esa es la opción a favor de Inglaterra”. Empecé a ponerme ansioso. Sabía que lo mejor estaba por venir. Pero que, paradójicamente, es lo que arruinó mi 2018.
“La opción a favor de Argentina es una reformulación de la anterior. Dio la casualidad de que las dos finales de esos mundiales terminaron 1 a 0”. Nada es casualidad en sus pronósticos y Barba lo sabe. “Fijate qué jugadores marcaron los goles. Y quién los estaba dirigiendo en su club: Iniesta en 2010 y Götze en 2014. El técnico de ambos era Guardiola. Por lo tanto, el 9 de la Selección en el Mundial tiene que ser sí o sí Agüero, que es el 9 del City”.
No hay huecos en su teoría. Todo cierra perfectamente. Les juro que le busqué el error por todos lados. Nada. Es perfecta. ¡Esto es casi ciencia! Barba no es panelista de ningún programa de tevé, así que no sé qué razones tenía yo para no creerle. “Yo te voy a decir una sola cosa”, atiné a escribir al responder su audio aún con mis dedos temblorosos. “Si Argentina no sale campeón la culpa es tuya. Te tiro el país en contra. Estás jugando con my feelings”.
Desde el 15 de marzo no puedo pensar en otra cosa. Encima, empecé a hacer memoria y recordé que en 2014 escribí una serie de columnas que derivaron en la siguiente conclusión: ¡traigo suerte! Enumero: dije que el Mundial iba a ser aburrido y fue el mejor de los últimos 30 años. Amén de que Argentina llegó a la final después de 24 años. En esa misma columna dije que era preferible ver las finales de la NBA porque jugaba Manu. ¿A qué no saben quién salió campeón de la NBA ese año? Le di la bienvenida a Mostaza Merlo a Colón: ascendió a Primera. Escribí otra columna sobre Juventud Unida de Gualeguaychú y en ese torneo “el Juve” ascendió al Nacional B por primera vez en su historia. Ahora estoy hablando del pronóstico de Barba y, sinceramente, tengo miedo de lo que pueda pasar.
Mis expectativas son enormes, cuando hasta hace seis días hinchaba por Islandia. Esto a un cabulero no se le hace. Imagínense si lo lee Bilardo. Ya tiene 80 años, le da un infarto. Y si lo leyera Maradona, llevaría a Barba al Mundial porque soñó que levantaba la copa con él. Ustedes imagínense la pesadumbre del fracaso si ahora no salimos campeones. Me ilusionó. Jugó con mis sentimientos. Así que si Argentina no gana el Mundial, como suele suceder cada cuatro años, la culpa es suya. Ni de Messi ni de Sampaoli. De Barba, el Higuaín de los pronósticos… y yo sé dónde vive.