Cuatro artistas santafesinas hablan de sus experiencias profesionales. El rol de la mujer en las producciones culturales, la brecha salarial, los casos de acoso y muchos otros temas.
Pausa charló con artistas santafesinas sobre sus experiencias y valoraciones. Cómo es trabajar en Santa Fe: los roles que ocupan las mujeres adelante y atrás de escena, la disparidad salarial y más cuestiones, en sus propias palabras.
Una de las principales tareas del machismo en cuanto a la presencia de la mujer en las distintas formas del arte es lograr que ellas aparezcan como elementos cercanos al genio creador, poco más que una ex pareja, una groupie o la que tuvo la culpa de que se separen los Beatles. Pero esto no es una exclusividad de la música. En esta primera parte de una entrevista colectiva, charlamos con trabajadoras de otras artes escénicas, todas con diferentes experiencias, trayectorias y cosas para decir:
¿Qué lugares ocupan las mujeres dentro de los proyectos en los que participás? ¿Cambió en alguna medida desde que empezaste hasta hoy?
Rocío Acosta, actriz: “Los roles de las mujeres en el teatro son diversos. Hoy en día vemos muchas más mujeres ocupándose de tareas que comúnmente eran de varones, como asistentes técnicas, dirección/gestión, escenografía. No digo que antes no había, pero se nos ve ocupando más tareas y distintas entre sí. Lo mismo pasa al revés: varones que se dedican a vestuario, maquillaje, etc. Creo que eso tiene que ver con la lucha organizada y los reclamos que hacemos las mujeres en relación a cómo nos vemos en la sociedad, cuáles son nuestros derechos y qué queremos para nosotras. Y este cuestionamiento se está dando en todos los ámbitos”.
Hilda Cardozo, directora de teatro: “Me preguntan por el rol de las mujeres en las artes, hace muy poco me tocó, quise en verdad, escribir sobre el rol de la mujer en los elencos de gobierno universitarios. El famoso ‘techo de cristal’ no para de reproducirse, podemos decir que las artes son espacios más ligados a la disolución de fronteras, pero no es tan cierto… Los siglos de mandato de hombres blancos pesa en todos los espacios y romperlo es una tarea cotidiana. Quemadas en la hoguera, resignadas a la cocina y la maternidad, al andá a lavar los platos, ganando menos, puestas a dieta, bastardeadas con chistes machistas en los grupos de WhatsApp, resignadas al abuso por un papel en TV, terriblemente asesinadas y tratadas como desecho; dicho esto para delinear de algún incompleto modo cómo el machismo patriarcal invade cada intersticio de la vida de una mujer”.
Silvana Montemurri, actriz: “Los lugares ocupados por las mujeres en los ámbitos en que me he desenvuelto han sido absolutamente los correspondientes a elecciones por capacidad, talento, etc. No por obligación de cupo. He tenido la suerte, por así decirlo, de trabajar tanto en mi carrera laboral como en mi trayectoria como actriz, que también es laboral pero la califico como pasional, con gente que ha respetado a la mujer”.
Fernanda Aquere, artista visual y gestora cultural: “Me interesa trabajar en proyectos colectivos y pluralistas, sostenidos por la mirada de los diferentes géneros. Siempre trabajé con mujeres en proyectos afines al campo del arte –educativos, curatoriales– en vínculo con la gestión y la producción. En relación a la práctica artística, tanto en el ámbito local como nacional, los lugares eran ocupados en su mayoría por hombres, en los concursos y salones ingresaba un porcentaje muy elevado de artistas hombres en comparación al porcentaje de mujeres y esto se veía reflejado, lógicamente, en los premios otorgados. En este escenario el envío de obras de artistas mujeres resultaba menor, considero que esto en parte fue consecuencia de la dificultad que implicaba ganarse como mujer un lugar en el campo del arte. Si bien esta realidad está cambiando, todavía falta mucho por hacer”.
Los testimonios no son homogéneos y eso resulta importantísimo: de la diversidad de las historias hay que aprovechar las buenas experiencias y conocer los casos de opresión, para que, a partir de ser visibilizadas, esas condiciones no se reproduzcan.
¿Alguna vez te sentiste presionada u oprimida trabajando en un contexto machista? ¿Puso eso tu trabajo en peligro? ¿Perdiste algún trabajo por eso?
Fernanda Aquere: “Siendo muy joven toleré una situación desagradable en un ámbito laboral, si bien no pasó a mayores y no perdí el trabajo pasé momentos difíciles. En algunas oportunidades sentí limitaciones y maltrato en mi trabajo por parte de hombres que ocupaban cargos de poder y de mujeres que reproducían estas desagradables conductas. Las formas autoritarias pueden ser ejercidas por los diferentes géneros, por eso debemos combatir y erradicar todo tipo de maltrato y denigración. Como las mujeres estamos más expuestas, esta situación nos exige persistir en esta lucha”.
Rocío Acosta: “En mi caso, no he vivido alguna situación puntual, pero en el ámbito artístico las mujeres sufren destrato y acoso por el hecho de ser mujeres. Siempre está el miedo o la angustia de que no te convoquen a un proyecto o no participar de alguna propuesta porque saliste con tal, o porque te viste involucrada en algún conflicto personal. Y en ese sentido, las mujeres quedan más expuestas y son ojo de crítica. Acá lo más importante es que haya diálogo y compañerismo entre nosotras. Si empezamos a hablarlo y a tratarlo de manera responsable, eso puede cambiar”.
Hilda Cardozo: “Trabajo como artista en espacios donde se puede crear, donde hay hombres y mujeres librepensadoras que juegan su rol en la sociedad, en los espacios históricamente reservados al hombre, también en los lugares de mando. Con ellas y ellos he trabajado los mitos que pesan sobre la mujer, interviniendo en la calle, en fiestas, en salas de teatro, en los carnavales, en la radio y en otros espacios; muchas cosas cambian a diario, pero tantas otras no. Como en la marcha sanmartiniana ‘sordo ruido oír se deja’. He perdido lugares que no quería perder por decir ‘no’, ‘no quiero el lugar que me asignás’ ¿Es un cambio? Sí lo es, probablemente antes hubiera aceptado un lugar que no quería, ahora hay muchas bailando mi duelo por eso lo festejo”.
¿Se dan casos de disparidad salarial en los ámbitos culturales/del arte que conocés?
Silvana Montemurri: “En los ámbitos que me desenvuelvo no hay disparidad salarial por cuestiones de género. Son cooperativas que no reparten por hombre o mujer, sino por los roles que se desempeñan, y si el rol es el mismo hombre y mujer tienen igual haber”.
Hilda Cardozo: “Es difícil sostener los lugares de dirección, de mando para cualquier mujer, discursivamente muchos hombres se posicionan en el lugar políticamente correcto, pero en la praxis las mujeres deben probar a diario que son ‘tan buenas como un hombre’, hay hombres que acompañan nuestra lucha diaria y otros vienen a la lucha con una remera con el dibujo de una parejita de recién casados, un novio y una novia, sobre el novio reza la leyenda ‘game over’… sí, la cotidianeidad es un duelo por danzar”.
Rocío Acosta: “Sí, en el ámbito cultural/artístico también existen diferencias entre mujeres y varones en el salario. Creo que tiene que ver con lo que mencioné antes, acerca de qué tareas tiene que realizar una mujer por ser mujer. En que hay cosas que sólo pueden hacer varones y las mujeres no, o las pueden hacer pero en menor medida”.