En serio les digo. Lo intento. Y me esfuerzo por evitarlo. Hace más o menos un mes que me preocupa qué voy a escribir en la primera Hora Libre del 2018. Me consuelo diciéndome que ya va a pasar alguna de esas boludeces que me va a hacer escribir alguna boludez, pero nada. Bueno, sí. Pasó lo del salame 100% vegano. Pero ya escribí sobre eso hace unas semanas. ¿No lo leyó? Jódase por no entrar a la web del Pausa. También pasó que me enteré de la campaña “Colgá el bebito”. Pero tengo entendido que el periódico ya sacó un artículo sobre ese delirio colectivo hace como un año, y ahora el que se jode por no leer la web soy yo.
Pero qué tanto preámbulo. Como si tuviera que justificarme para volver a escribir sobre un tipo al que un día lo eligieron presidente y a los dos años anda saludando a la fuente del Monumento a los Dos Congresos, que está enfrente del Congreso Nacional.
No crea que lo hago porque me gusta. Parafraseando a Pablito Lescano y su Laura la de la tanga: no lo hago por dinero, pero tampoco por placer. Lo hago porque como periodista comprometido con la justicia social y la verd… mentira, lo hago porque es pan comido. Los chistes salen solos. “El mar es inmenso y el submarino muy chiquito”. Se cree que ser Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de una Nación es como jugar a “¿Dónde está Wally?”.
Pero también es cierto que me importan tanto la verdad como la justicia social. Entonces hay un poco y un poco: es fácil de hacer y, de paso, parezco progre y todo. Como Lanata, que en los 90 era el Navarro de Menem. Sí, ese que hace unos días se mandó el chiste del siglo: “En todos los gobiernos hubo corrupción, excepto en el mío”. Falta que mañana aparezca Reutemann diciendo que en su gobierno fue cuando más defensas y obras hídricas se hicieron en Santa Fe y me caigo de orto.
¿Yo qué culpa tengo si un oficial de policía, de apellido Chocobar, le dispara por la espalda y mata a un delincuente y él, junto a la Pato Bullrich, lo recibe llamándolo “héroe”? Sí. A un criminal le dice héroe, mientras que se queja de la Justicia garantista y promueve el gatillo fácil. En otras palabras, yo qué culpa tengo de que el presidente y la ministra de Seguridad no conozcan el marco legal que encuadra el trabajo de las fuerzas de seguridad. ¿Cómo no voy a hablar de Macri? ¿Cómo no voy a hablar de Bullrich, la creadora del “todo es droga, incluso lo que no es droga”? ¿Por qué voy a esforzarme, si puedo ganar plata fácil? Y, encima, ustedes lectores/as de este pasquín de la desgracia quieren leer eso. Y yo, humilde servidor de sus prejuicios, me debo a ustedes. Estoy asimilando el discurso demagogo que Durán Barba le enseñó a Marcos Peña, porque hace poco me dijeron que cuando él se deja la barba se parece a mí. No sea cosa que anden necesitando un doble, vieron. No, mentira. Ya saqué turno para la depilación definitiva.
Nobleza obliga. Pasó que luego de décadas de lucha feminista (es decir de mujeres que con su cuerpo y su vida intentaron imponer con razones científicas, políticas, legales, etc.; luego de todo eso) Macri “abrió” la puerta para el debate sobre el aborto legal, seguro y gratuito para que dejen de morirse mujeres pobres por abortar en condiciones infrahumanas. No, el problema no es el aborto, señor que habla por la tele. El problema son las condiciones en las que se aborta. Porque las mujeres con plata y bautizadas también abortan y lo seguirán haciendo pero no se mueren. O sea, ¿cuál es la variable independiente? Yo solo deseo que esta movida nos salga bien a los que estamos a favor de despenalizar el aborto y de dejar de criminalizar la pobreza. Y que no sea una jugada demagógica producto de acuerdos previos sellados en algunas oficinas parlamentarias. ¿O ustedes creen que Durán Barba no hace encuestas? Al final, mi demagogia no era tan mala, ¿vieron?
También pasó #MMLPQTP. De eso me enteré. Y ya me cansó. Se convirtió en un video con muchos me gusta en Facebook y seguidores en Twitter. Una pena. Es una linda melodía.
Me voy con una simpática: “El crecimiento invisible sucedió”. ¿No es divino? Una macana grande que no se haya estado refiriendo al importe de mi factura de la luz cuyo crecimiento va a hacer que me sea imposible verlo porque no sé cómo mierda voy a pagarla, pero bueno. Si él lo dice, yo le creo: sucedió; como decía el Raví Shankar.
Y seguro ustedes piensan que es al pedo que machaque con el gobierno de Macri. Que hacen lo que se les canta. Que es aburrido leer siempre sobre lo mismo para nada. Que no cambia nada. Capaz que es así.
Pero el otro día, almorzando con mi viejo, me dijo: “Yo ya estoy como vos: anti Macri”. Sí, mi viejo. El que el año pasado se quejaba porque “vos siempre con Macri, todo Macri, dale con Macri.” Y ahí empecé a sentir que además de fácil, también es necesario cantar de nuevo una vez más ¡MMLPQTP!