Por Pilmayquén Belgradi.
El viernes por la noche, un Demos caluroso y vibrante vivió una velada diferente: el debut santafesino de Jamie James, más conocido como LOUTA. Artesano de un show explosivo que conquista a través de lo sensorial y que difícilmente no contagie una energía hiperactiva, nos deja algo en claro: es el rey de la performer, tiene el triunfo asegurado.
The capuchons fueron quienes dieron inicio a la cita. Combativos y provocadores detrás de máscaras de látex, detalle que no se puede dejar pasar por alto, comandaron la ola del noise punk con sonidos electrónicos, entre letras como "Vos sos el movimiento", discursos anti sistema y un personaje sobre el escenario que los acompañó desde el principio. De pie, con la cara tapada y con una caña que sostenía sobre su mano, esta figura se paseó por el público, azotándola contra el suelo y enfrentándose a los espectadores que lo abrazaban, se reían o le sostenían la mirada.
Todo esto generó una atmósfera de misterio y de crudeza que puso el foco en este personaje, que se revolcaba por el suelo, se rodeaba el cuerpo de cintas y gritaba por momentos, dejando en un plano secundario a la banda santafesina, que parecía que dirigir su función a musicalizar todo este espectáculo teatral. Esta escena dantesca marcó una brecha estilística entre una performance y la otra, evidenciando una clara antítesis.
Amaina el torbellino, se apagan las luces, se percibe una ansiedad que empieza a generalizarse y a colarse entre todos los espectadores. De chomba celeste, pantalones negros y pelo engominado, aparece este play-actor, sensación de las nuevas formas de marketing utilizadas por las redes sociales. Con un montaje teatral –plantas, un sillón, cuadros, almohadas- y una ambientación que hace fuerte hincapié en lo estético, como todo lo que está dentro del show, lo acompañan dos bailarines que se pasean sobre el escenario y siguen a este performer en una secuencia de bailes coreográficos, recurso y elemento distintivo de este artista. El show se desliza entre adelantos de su nuevo material y canciones del disco que el público canta, grita o baila. Por momentos surgió la improvisación: rapeos acompañados de la canción "One more time" de Daft Punk mientras sostenía un libro entre sus manos o melodías repentinas que hablan de "qué tan intensos somos". En el momento en que parecía que nada más podía sorprender al público, se da el momento cenit: parado, dentro de una burbuja de plástico en el centro del lugar, rodeado de un torbellino de papeles de colores y girasoles amarillos, LOUTA comienza a cantar, un cuadro totalmente idílico, cierre de una noche de éxito.
Así, se dio un show donde la interacción vigorosa con el público fue la culpable de generar una atmósfera de energía vibrante e inquieta, comandada por un artista que sabe lo que hace y dónde está parado. Hacia el final del show, nos regala otro clímax: de pie, teniendo en su cuello el pañuelo verde como un presagio esperanzador, se despidió con una frase que no merece menos que ser aplaudida: "Los jóvenes vamos a ganar guacho, sabelo."