Hilda Lizarazu vuelve a Santa Fe con un combo de sus hits de los noventa y versiones de clásicos del rock en un formato íntimo. Antes del show, habló de su trayectoria, autogestión y feminismo.
Durante el acuerdo de la hora para la entrevista, que sería un día después, Hilda se acordó de un almuerzo y eligió el momento de la sobremesa para charlar con Pausa. Pienso: si viviera en Santa Fe, ¿hubiera dicho “no, mejor después de la siesta”?
Ya es martes, el teléfono suena una vez y ella contesta con un “¡HolaAa!”, modulando las aes con una alegre serenidad, aunque no recordaba que habíamos quedado para este día, rápido se pone en situación. Cuenta que se siente llena de energía creativa (está grabando La génesis, un disco de intérprete con canciones de rock argentino de fines de los ’70), aunque ya lleva ocho años siendo su propia manager y llevando adelante una lógica autogestiva: “Este trabajo también es muy artesanal, como lo es hacer una canción, así que en mi dimensión me cae muy bien ocuparme de mis cosas, aunque esa hora que ocupo respondiendo mensajes de productores deje de usarla para tocar la guitarra, que es lo que preferiría que me ocurra. Pero yo ya trabajé en todos los formatos y la liviandad que siento siendo mi propia manager no me molesta. Hasta me puse un nombre: Managerilda”, cuenta entre risas.
A sus 53 años, la correntina (curuzucuateña) pocas veces se permitió elegir la comodidad antes que la emoción contagiada por un deseo nuevo: pupila por decisión de su padre, coronel Carlos Antonio Lizarazu, a los 11 años decidió mudarse con su madre a Nueva York, de donde volvió como fotógrafa profesional, año ‘84. Casi sin querer consiguió trabajo en la agencia y banco de fotos Image Bank, en Buenos Aires, aunque no pasó mucho hasta que Daniel Melingo le ofreció probarse para Los Twist.
Para el ’87 ya era corista de Charly y había formado Man Ray, con Tito Losavio, sociedad que duró doce temporadas: “Trabajar artísticamente con otras personas, en conjunto, es tan personal como puede ser estar en pareja. No son decisiones que uno toma de un día para el otro y sin fundamento. Los sentimientos se componen de los momentos artísticos, convivencia, con etapas de uno mismo que van pasando y que dan paso a necesidades de cambio”, dice al respecto de cómo fue que decidió divorciarse de ese proyecto que, a pesar de ser próspero comercialmente, ya no la entusiasmaba.
“Sea de una manera artística o no, yo creo que uno tiene que buscar sentir empatía con lo que está haciendo. Claro que si se trata de algo más bien expresivo, ahí sí se vuelve decisivo, pero digo: si sos cantante y un día decidís no seguir subiendo a los escenarios, si sos empleado de alguien y sentís que tenés que hacer otra cosa… bueno, yo generalizo pero al compararme con otras profesiones sé profundamente que no es lo mismo ser cantante que trabajar en la construcción. Pero sea en la profesión o en los otros espacios de la vida uno no debe dejar de hacer lo que le apasiona. Ese entusiasmo es… ¡la sal de la vida! Aunque mucha sal tampoco es tan bueno, eh”, reflexiona tentada a medida que vuelve sobre sus palabras.
Si bien el ambiente del rock está saturado de machismo, como lo están todos los ambientes claro, Hilda no reconoce en su pasado ningún episodio de maltrato, mucho menos de abuso, sí es cercana a las causa feminista. En sintonía con las consignas propuestas en distintas movilizaciones a las que fue, como el tetazo, piensa que “es una suerte la visibilización que se están cobrando todas las formas de violencia de género, porque de esa forma empieza el camino hacia la solución que es que toda la gente entienda el respeto y la igualdad de condiciones que todos nos merecemos”.
Leé la entrevista completa en Pausa #210, que sale este jueves.
Íntima y acústica
El show de Hilda Lizarazu será el viernes 13 en La Moreno Centro Cultural (Marcial Candioti 3341). Allí mismo se podrán conseguir entradas anticipadas, al igual que en Rotel Santa Fe (San Martín 2217) y en www.entradasclandestinas.com. La función será a las 21 y el artista local encargado de abrir la noche será Carlos Pulidori.