El índice de precios al consumidor (IPC) marcó una suba de 2,3% en marzo y, con ello, el primer trimestre del año cierra con una inflación del 6,7%. A este ritmo, en septiembre se habrá superado la meta de inflación de este año. Para el Indec, los gastos en vivienda, agua, gas, luz y combustibles subieron 0,6% en marzo.
En marzo los precios subieron un promedio de 2,3%. La cifra es altísima, aún considerando que el Indec sigue midiendo el peso de las tarifas de los servicios como si se siguieran pagando todos los subsidios que se retiraron. Es decir: con una actualización metodológica correcta, esa cifra sería una abominación. Aun cuando afirme que en marzo subieron apenas 0,6% los gastos de vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles y que en el año esa suba sólo fue de 5,5%, menor aun que el aumento promedio del total de precios, que ya va en 6,7%.
Como sea, en términos anualizados la inflación está en 25,4%, con lo cual todavía no se ha mejorado la cifra de 2015, pese a los continuos bombardeos al salario y el consumo, el control del dólar a través de la timba de las Lebacs, la apertura total de importaciones y otra serie de medidas que supuestamente iban a mejorar ipso facto el bolsillo de los argentinos. Si se midiera el peso real de las tarifas en la canasta...
La pérdida de los jubilados
Siguiendo a pie juntillas estos datos se puede ver también el fuerte impacto negativo de la reforma previsional de diciembre pasado. Se dice que ahora los perceptores de salarios, pensiones y asignaciones de la seguridad social (unos 17 millones de argentinos vulnerables) no perderán contra la inflación. Lo cierto es que desde enero van para atrás, aún con el aumento de marzo.
El último aumento de acuerdo a la Ley de Movilidad, en septiembre de 2009, había dejado al sector cinco puntos por arriba del proceso inflacionario. Se esperaba que en marzo hubiera habido una suba que iba de los 11 a los 14 puntos. Con la nueva y moderna ley, fue apenas de 5,71%.
Simplemente revisando la inflación desde septiembre de 2017 se puede observar que para diciembre el salario de los jubilados, las AUH o las pensiones de los veteranos de Malvinas habían perdido 3,1% de su poder adquisitivo. El tobogán sigue con la pérdida de 5,07% en enero y 7,71%. En marzo llegó el aumento, pero también la inflación siguió su curso. La pérdida de poder adquisitivo respecto del último aumento positivo que tuvieron, el de septiembre de 2017, es ahora de 4,3%.