Srta. Bimbo y el humor en tiempos feministas: “Hay un público que ya no tiene ganas de reírse de ciertas cosas”.
Muchas y muchos se desayunaron con su existencia ese 5 de febrero, cuando Virginia Señorita Bimbo Godoy se sentó en el living de Intrusos, en la semana en que el feminismo copó un espacio impensado en la televisión nacional, e hizo explotar Google, Wikipedia y Twitter cuando dijo “Misoprostol”.
Pero Bimbo, que es actriz, comediante y guionista, y viene haciendo su camino en el stand up, teatro, radio y televisión, está lejos de ser una recién llegada.
El año pasado vino por primera vez a Santa Fe junto a Noelia Custodio, con el espectáculo de stand up que comparten, y tuvieron que agregar una función más, en el mismo día, porque el espacio les quedó muy chico. Este jueves 12, con un show renovado, la apuesta aumenta: se presentan en la Sala Mayor del Teatro Municipal. “¡¿Qué?! no sabíamos que era un sala tan grande, no creo que vayan 800 personas”, dice entre sorprendida y divertida Bimbo, en diálogo con Pausa desde Mendoza, donde el fin de semana se presentaron como parte de la gira que están realizando.
“Hay salas que ya nos quedan chicas, pero no tenemos expectativas de pegar el salto. Es ir encontrando lugares más cómodos, que nos sirvan a nosotras, que las entradas no sean carísimas y que entre más gente. Hemos actuado para una cucaracha y un borracho, y la cucaracha era invitada. Valoramos mucho que vaya la gente pero la expectativa es que nos vengan a ver y sean felices, la idea no es que nos vea mucha gente sino la justa y la correcta, pero mejor si vienen todos”.
—¿Crees que este crecimiento de espectadores tiene que ver con la mayor difusión, buena y mala, que tiene el feminismo hoy?
—No, porque no damos una charla sobre feminismo. Somos feministas y aparece la mirada sobre ciertas cosas. Si fuera una charla sobre feminismo sí esperaría que vengan 800 personas, porque hay mucho interés en eso y porque llegó a la televisión algo que era muy antiguo y muy grande en todos lados, menos en la televisión. La televisión sigue como siempre, no cambió nada. No tiene que ver con eso. No lo vendemos ni es un show feminista, somos dos feministas que hacen humor, como hay nazis que hacen humor, y la mirada se le escapa a un comediante en lo que dice.
Esos chistes
Por esa mirada que se les escapa a todos, hoy hay humoristas vociferando que ya no se pueden hacer chistes, que los limitan, que la corrección política está atentando contra el humor. “El límite lo tienen ahora las personas que creen que no pueden hacer humor, cuando en realidad lo siguen haciendo. La gente que se ríe de judíos y de putos, lo sigue haciendo, y son los que más convocan”, afirma Bimbo. “La verdad es que no hay límite para el humor, yo pienso que nos podemos reír de todo pero si te reís de los malos, justamente. Podemos hablar de violación si nos vamos a reír de ese macho que viola, no de la situación. Hay mucha gente diciendo eso de que no se pueden hacer más chistes, gente que yo admiraba, y es mentira, porque lo hacen, lo siguen haciendo, nadie los censura ni controla, pero sí la gente salta, porque ya no es transparente todo eso, lo vemos”.
Hoy parece casi imposible que algunos chistes de Porcel y Olmedo, o los sketchs de Francella con una menor Julieta Prandi, y casi todo lo que hacía –y hace– Midachi, pueda tener el lugar de legitimidad dentro del humor nacional que tuvo hasta hace muy poco tiempo. Para Bimbo, esta intolerancia tiene más que ver con cambios en el público que con una campaña de censura feminazi, como le gusta decir a Baby Etchecopar cuando le bajan sus shows misóginos. “Hace mucho que hay personas haciendo un humor que puede encuadrarse dentro del feminismo o al menos en el no sexismo, que no suman estereotipos. Hubo muchos comediantes, de todos los géneros e identidades, que hablaron de otras cosas, sin sumar estereotipos sobre varones y mujeres. Ahora hay algunas personas que están prestando más atención a lo que dicen. Pero sobre todo hay un público que ya no tiene ganas de reírse de ciertas cosas, o que se rían de él, y está consumiendo otras cosas. Es humor y ahí se ve lo que pensás, se va a escapar lo que esté en tu ideología de base. Tiene más que ver con eso, con ya no querer reírse siempre de minorías, de a quienes se considera débiles, de las mujeres, con estereotipos horribles como el de la suegra. Dale, ya está con eso. Por suerte cada vez hay más chicas haciendo stand up, o intentando hacer cosas relacionadas al humor, haciendo canciones relacionadas al feminismo, hay cada vez más personas que están interesadas en eso y lo ponen en lo que hacen”.
El show de Bimbo y Noelia va y viene en una gran cantidad de diversos, muy diversos, temas, desde el aborto y los gatitos, hasta la Iglesia, la marihuana y el fanatismo por Ricky Martin, Maluma y Leo Mattioli. “Nosotras hacemos un montón de humor, todo el día, y no estamos pensando a quién va a ofender porque no nos surge ofender, bueno por ahí si, a la Iglesia...Si me viene a ver gente muy católica por ahí se puede ofender, pero esa gente igual no viene. Tampoco ofendo a los católicos sino a la institución y a mi propio pasado católico, pero no busco ofender a esa gente”.
Bimbo conduce todas las tardes Furia Bebé, por Futuröck, junto a Malena Pichot y Martín Rechimuzzi, y en ese espacio de humor sin pelos en la lengua, así como en las calles durante las marchas y en Intrusos, Bimbo milita por el aborto legal, seguro y gratuito.
—¿Qué expectativas tenés con el comienzo del debate en el Congreso?
—El debate sirve porque es así la manera en que se aprueban las leyes. Pero la sociedad no debate, la sociedad aborta. Nunca vamos a estar en instancia de debate, porque siempre hay mujeres y personas gestantes abortando. Siempre se lucha con la esperanza de que se sancione la ley, pero la verdad es que no sé qué va a pasar. A veces pienso que es imposible, que no va a suceder, y otras veces pienso que sí, porque este es un gobierno que se mueve por encuestas y las encuestas muestran que la gente quiere que sea despenalizado… Igual nosotras tenemos que seguir luchando como siempre y por muchas otras cuestiones que van de la mano: si no nos van a dar aborto seguro, legal y gratuito, cumplan con la ESI por lo menos, que haya anticonceptivos en los hospitales, que haya algo que al menos toque ese tema, que no lo va a detener porque desde que el mundo es mundo, como sea, las mujeres han abortado. El punto es cómo va a ser: la clandestinidad con muertes o dentro de un marco más saludable, pero nos pertenece como humanidad la decisión de abortar, así que no lo debatimos, sucede, y ojalá se apruebe.