Mientras los gobiernos baten el parche con el ajuste del Estado, el rojo del comercio exterior agrava como nunca la sangría de dólares. Sólo en mayo se perdieron 1.285 millones de dólares. El déficit se incrementó 151% en los primeros cinco meses.

Billetes o deuda en pesos puede el Estado argentino generar cuando quiera. Bien lo hizo el Banco Central, armando una bola de Lebacs que hace temblar a la economía todos los meses. Pero a los dólares los tenemos que traer. Hay dos modos básicos: endeudarse con el exterior o tener éxito en el comercio exterior. El gobierno nacional eligió la primera y más ruinosa manera. Para el comercio exterior tomó una decisión firme: batir todos –todos– los récords negativos.

Van 20 meses corridos en los que Argentina importa más de lo que exporta. En 2017 se superó la marca histórica (hay datos desde 1910) en déficit del comercio exterior, con un resultado negativo de 8.471 millones de dólares. En apenas cinco meses de 2018 ya se fueron por el agujero de la compra y venta de bienes con el mundo unos 4.691 millones de dólares. Durante el mismo período de 2017, se habían ido 1.866 millones. Todo indica que 2018 va a batir el récord de 2017. Para expresarlo rápido, el déficit creció un 151%. A este ritmo va a superar los once mil millones de dólares en el año.

Mayo fue el peor mes en lo que va del año, según informa el Indec. Las exportaciones cayeron 6% respecto al mismo mes del año anterior (sobre todo por la sequía) y las importaciones crecieron 6,3%. Una linda forma de suicidar la economía nacional, sobre todo si se considera que la entrada de bienes de capital cayó en mayo un 5,6% internanual, mientras que la entrada de bienes de consumo creció 7,6%. En castellano: importamos menos máquinas industriales y más cosas que acaso se podrían fabricar en el país.

Como siempre, nuestros principales socios comerciales fueron Brasil, China y Estados Unidos. En todos los casos hay déficit: 716 millones, 637 millones y 470 millones. Los destinos superavitarios son pocos, varios de ellos fueron abiertos antes del inicio de la gestión Cambiemos a través de esos viajes en avión que generaban mofas en las primeras planas de los hoy medios gubernamentales. En orden de importancia, tenemos superávit comercial con Chile (173 millones de dólares), Países Bajos (160 millones de dólares), Argelia (137 millones de dólares), Egipto (126 millones de dólares).

La comparación cae sola: el promedio anual entre 2003 y 2015 en el comercio exterior es favorable en 9.708 millones de dólares. Sólo 2015 fue negativo en este crucial aspecto macroeconómico. El 2016 fue positivo en apenas 1.968 millones de dólares (sólo supera a 2013, dentro del período mencionado). El último déficit comercial voluminoso fue el de 1994, con 5.751 millones de dólares para atrás, pero 2017 lo superó por lejos: 8.471 millones de dólares para atrás, el más alto de la historia argentina. De mantenerse el ritmo de los primeros cuatro meses de 2018, estaríamos nuevamente ante un rojo récord

 

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