El gobierno provincial cortó la ayuda en abril y afirma que la reactivará en agosto. Mientras, familias campesinas se quedan sin asistencia técnica, acceso a subsidios y capacitaciones.
Desde hace dos meses, unos 300 pequeños productores rurales de la provincia esperan que se reactive un programa de apoyo por el cual recibían asistencia gratuita por parte de ingenieros agrónomos, médicos veterinarios y técnicos. Además del trabajo en el campo, los profesionales facilitaban capacitaciones y colaboraban en la presentación de proyectos para acceder a subsidios y créditos destinados a comprar maquinaria.
El programa, denominado de Apoyo a Grupos de Pequeños Productores Rurales del Centro Norte Santafesino (PAGPPR), fue lanzado en octubre de 2017 por el entonces ministro de la Producción, Luis Contigiani. En enero pasado, la Provincia destacaba en su sitio web que se habían formado 42 grupos que incluían a 318 hogares y sus unidades productivas primarias. “Dichos grupos trabajan en la formulación de proyectos de mejoras de unidades productivas y solicitudes de crédito para su implementación, tarea que realizan con el acompañamiento de un equipo técnico de carácter interdisciplinario e interinstitucional, integrado por 24 profesionales que articulan capacidades técnicas del Ministerio de la Producción, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), ArgenINTA y la secretaría de Agricultura Familiar de la Nación, sumando a organizaciones sociales del sector”, informaba el Gobierno.
Al momento de la suspensión del programa, en abril pasado, los grupos eran menos y los técnicos no habían cobrado los dos últimos meses.
Ante la consulta de Pausa, Juan Manuel Medina, secretario de Agricultura de la Provincia, respondió que el Gobierno no suspendió la ayuda sino que “terminó la primera etapa del programa” y que, en agosto, comenzaría la segunda. Con respecto al pago a los técnicos, dijo que la Provincia está comprometida en destrabar la situación y pagar la deuda. Sobre los motivos, sostuvo que se trata de razones “netamente administrativas” vinculadas al cambio de gestión en el Ministerio de la Producción (Alicia Ciciliani reemplazó a Luis Contigiani en diciembre pasado) y al funcionamiento de ArgenINTA, fundación a través de la cual la Provincia contrata a los técnicos.
Mientras tanto, los productores se quedan sin el apoyo. “Para nosotros es imposible invertir en asistencia técnica”, explicó a Pausa Gustavo Mattei, productor de Hersilia, cuyo campo se encuentra dentro de la zona periurbana donde está prohibido fumigar con agrotóxicos. Para reemplazar la producción convencional con pesticidas químicos por producción agroecológica, las familias venían recibiendo asesoramiento a través del programa suspendido y otros, como el de Producción Sustentable de Alimentos en Periurbanos.
En un comunicado, el Grupo de Pequeños Productores del Periurbano de Hersilia, expresó:
“Junto a los técnicos que nos acompañan (...) hemos venido conociendo y mejorando la calidad de nuestros suelos, procurando mejor calidad y cantidad de forrajes; hemos iniciado la consolidación de un parque de maquinarias para nuestra pequeña escala; nos hemos abocado a formarnos en fertilización biológica (...) No entendemos porqué se aplican en nuestra provincia recortes sobre un área tan sensible como somos los sectores más desvalidos del campo”.
Los reclamos van desde el norte al centro-sur de la provincia, a donde también había llegado la ayuda. Desde el extremo noroeste, productores organizados de Gregoria Pérez de Denis lamentaron la suspensión del programa que -explican- fue de gran ayuda y contención, sobre todo en momentos de sequía e inundaciones. “Solicitamos financiamiento y los invitamos a recorrer nuestro distrito, siempre postergado”, expresaron en una carta dirigida a la ministra de la Producción, firmada por integrantes de la Asociación Civil “Luchando en Familia” y la feria franca “El Nochero”.
Más al sur, la cooperativa de producción agroecológica El Hornerito, de Totoras, manifestó su “preocupación y disconformidad”. La cooperativa forma parte de la organización Surcando desde la Memoria Campesina, que defiende un “campo con familias”.
“Con nuestro trabajo producimos alimento sano y formamos redes que nos sostienen en la vulnerabilidad (…) Nuestros insumos para producir se cotizan a valor dólar y nuestras producciones (...) van perdiendo su valor. Sumado a esta realidad, hemos sufrido en este último tiempo la inundación y la sequía antes del invierno. Lo único que hemos recibido por parte del Gobierno provincial es el apoyo de algunos técnicos solidarizados con nuestros proyectos, que nos han permitido conseguir alimento para animales, acceder a capacitaciones, intercambio de experiencias y de esta manera no sentirnos tan aislados”, sostuvieron. Y agregaron: “Esperamos que se revea esta decisión y que desde el gobierno se construya una estructura que de real apoyo a nuestro olvidado sector, que termina siendo en definitiva quien da vida a nuestras comunidades”.