El gobierno se muestra satisfecho con la licitación de Lebacs de ayer, pese a que sólo en intereses se pusieron $16.814.487.107. En lo que va del año, los timberos se llevaron en intereses 122 mil millones de pesos.
Hacer guita con nada. Que trabaje el dinero, como con impudicia dice una promoción televisiva de un banco. Ayer hubo un nuevo supermartes de Lebacs, se tenía que renovar una bola de 529 mil millones de pesos. La estabilidad cambiaria resultante del endeudamiento con el FMI calmó un poco los ánimos y la renovación de la burbuja parece haber satisfecho a las autoridades: se renovaron Lebacs por 393 mil millones. En la operación, los especuladores se llevaron 16 mil millones de pesos en intereses. La tasa bajó un poco respecto de la última licitación, de 47% a 46,5%.
Las cifras son delirantes. En un sólo día el Banco Central devengó intereses por el equivalente a tres presupuestos anuales de la ciudad de Santa Fe. El interés del 46,5% supera cualquier ganancia potencial de cualquier negocio en cualquier lugar y rubro del mundo. De todos modos, si la hubieran bajado más hubieran quedado fuera muchos más especuladores y. con ello, la presión para irse hacia el dólar hubiera sido incontenible.
Habrá que ver qué se hace con los 135 mil millones de pesos que no se renovaron. Se sabe ya que una buena parte eligió –con buen tino de tahúr– pasarse a los bonos en dólares del gobierno, también a otros bonos en pesos. Por otra parte, los bancos fueron obligados a ampliar sus fondos entregados al Banco Central. Nada de eso quita que la presión sobre el dólar no vaya a aumentar. El único tapón regular que regala el Banco Central son los dólares del FMI. De manera continua, entrega 100 millones por día, a veces más. Usa deuda que pagaremos todos los argentinos –7500 millones de dólares– para mantener el dólar estable que compran todos los días los mismos actores que protagonizan la fuga. En poco menos de dos meses ese dinero se habrá terminado, con el único resultado –no garantizado– de mantener estable un tiempito el dólar.
La bola de Lebacs no se pincha ni se reduce, apenas perdió un poquitito de aire. Cuando se termine el regalo diario de 100 millones de dólares, el Banco Central va a tener que empezar a responder con sus propias reservas. Habrá que ver que sucederá entonces. Por lo pronto, la política financiera implementada desde enero de 2016 significó para el Banco Central el pago total de 443 mil millones de dólares sólo en intereses. Plata quemada en una herramienta financiera cuyo uso sólo sirvió para habilitar ganancias espectaculares para ser fugadas al exterior.