Con el préstamo del FMI y la masa de bonos y letras que emitió el Estado este año, la deuda brutal total del Estado nacional ya alcanza el 87% del PBI. Hay que remontarse hasta 2003 para alcanzar una proporción más alta.
Con los datos correspondientes a junio, el Observartorio de la Deuda del Instituto Germán Abdala calculó que en el primer semestre del año la deuda en dólares creció en 25.286 millones de dólares, de ese monto 23.593 millones emitió el gobierno nacional. Esta suma, sumada a la gigantesca bola de deuda tomada en 2016 y 2017 y a las devaluaciones hicieron que el peso de la deuda externa sobre lo que los argentinos producimos pegara un salto peligroso: la deuda externa representaba el 57,1% del PBI en 2017 y a junio de 2018 ya representa el 87%.
Desde 2003, cuando la deuda representaba el 118,1% del PBI del momento, que se no se veía un peso tan agobiante de las acreencias. Cuando Cambiemos llegó al gobierno el peso de la deuda en dólares del Estado nacional respecto del PBI era de 52,6%. El porcentaje mide cuánto se debe en relación a cuánto se produce. Puede variar porque cae el PBI, porque aumenta el endeudamiento o porque se deprecia el peso respecto del dólar. En el caso de la gestión Cambiemos concurrieron los tres factores más negativo: cae el producto, crece de forma récord el endeudamiento y la devaluación en poco más de dos años fue la más acelerada desde la hiperinflación.
Para peor, los vencimientos de deuda en 2018 y 2019 son, en su gran mayoría, de emisiones de 2016, 2017, hasta 2018 que vence en el mismo año. Sólo en este año se tiene que pagar deuda por más de 70 mil millones de dólares. En lo que va del año, el stock de deuda trepó de 320.935 millones de dólares a 359.683 millones, un alza del 26%. La única política económica sostenida en el tiempo sin variaciones técnicas ni de fondo por el actual gobierno es la hacer crecer la deuda externa.