Vecinos de la costa cuestionan el impacto ambiental del proyecto, que todavía está verde.
El primer anuncio de la construcción del puente Santa Fe-Paraná fue en 2013. Lo hizo la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante la campaña de las elecciones legislativas, cuando Jorge Obeid era cabeza de lista del Frente para la Victoria. Luego lo reiteró Mauricio Macri, en su campaña presidencial de 2015, en sus visitas a ambas ciudades. En funciones, el actual presidente reiteró el compromiso, pero sin dar ningún paso concreto.
Durante últimos meses de 2017 el intendente de Santa Fe, José Corral, junto a Macri y al intendente de Paraná, Sergio Varisco, anunciaron que tenían la traza definitiva del puente. También fijaron un costo aproximado de la inversión necesaria para la obra (entre 600 y 800 millones de dólares) y prometieron que estaría incluida en el presupuesto nacional de 2018, para empezar a ejecutarse cerca de fin de año. Pero en el presupuesto solo se destinó un millón de pesos para la obra, una cifra simbólica. El presupuesto plurianual planificado por Cambiemos incluye otro millón de pesos para 2019 y recién a partir de 2020 se incorporarían montos reales para la obra, estimados para ese año en 1.569.200.000 pesos.
El tema se fue diluyendo hasta que, en marzo de 2018, la provincia y la Nación retomaron las negociaciones por la deuda de la coparticipación. En ese momento –previo al cimbronazo causado por la corrida cambiaria y el plan de ajuste del FMI– el gobierno de Cambiemos propuso incluir el financiamiento del puente entre las obras a ejecutar como parte del pago de la deuda. Esa negociación sigue abierta, pero estancada ante el anuncio de recortes en la obra pública por parte de la Nación. En este marco de políticas de ajuste que está llevando a cabo el gobierno nacional, es difícil imaginarse el inicio de la construcción del puente.
La nueva unión vial, de concretarse, vendría a reemplazar, de a poco, al Túnel Subfluvial que cumpliría su vida útil en unos años. Sin embargo, el límite de funcionamiento del túnel es un tema que varía según quién lo analice.
En este sentido, algunos especialistas coinciden en que al túnel le quedan entre 15 y 25 años más de funcionamiento seguro porque se lo ha mantenido de manera correcta desde su inauguración el 13 de diciembre de 1969. Con este dato surge una pregunta, que es la que se hacen muchos ciudadanos: ¿cuál es la urgencia de una nueva unión entre ambas capitales, si la actual funciona de manera correcta y eficiente?
Quejas de los vecinos
Desde el inicio del proyecto hasta ahora, se han propuesto varias trazas. El 14 de noviembre de 2017 Corral anunció, luego de una reunión en la sede de Vialidad Nacional en Paraná, que ya había una traza definida: “Es la que los santafesinos pedíamos e, incluso, atiende también al pedido de los paranaenses y los entrerrianos”, aseguró el intendente. En las declaraciones de ese día, Corral no abundó en detalles exactos acerca de por dónde se ubicaría la traza del nuevo puente, en el territorio santafesino. Al respecto, afirmó: “La obra va a incluir un importante sector de la Circunvalación de Paraná y un puente que cruza el cauce principal del río aguas arriba y muy cerca del Túnel Subfluvial, que permite aprovechar la ruta nacional 168 en un buen tramo, desde la salida del túnel hasta cruzado el río Colastiné, con algunos refuerzos que se van a hacer desde el punto de vista de la defensa hídrica para darle seguridad a una autovía que, como sabemos, ya tiene algunos años pero está en perfecto estado. A partir de cruzado el río Colastiné, hay un nexo vial entre la 168 y la Circunvalación Sur, que va a permitir que todo el tránsito pesado pasante ya no atraviese las avenidas Alem ni 27 de Febrero sino que directamente, tomando esta conexión, vaya desde la 168 a Circunvalación Sur”.
Al conocer los primeros detalles de la obra que el municipio brindó, los vecinos que habitan el distrito costero comenzaron a preocuparse por cómo los afectaría el puente nuevo. Es así que la Coordinadora de la Costa, una organización que núclea a más de 20 instituciones que trabajan desde la Vuelta del Paraguayo hasta Arroyo Leyes, empezó a investigar los detalles de la nueva conexión vial.
[quote_box_right]“¿Qué vamos a hacer con este puente cuando pasen 4000 camiones diarios? ¿Qué va a pasar con las emanaciones de esos camiones?”.[/quote_box_right]
Antonio Yapur es un vocero de esta organización que dialogó con Pausa, acerca de los cuestionamientos que tienen los vecinos costeros de la ciudad y localidades aledañas. Según Yapur, los principales cuestionamientos son la falta de detalles sobre la traza y la falta de diálogo con los habitantes de la zona. Al respecto afirmó: “Nosotros no estamos en contra de la realización de un puente. Si estamos en contra de esta traza y que se haga de esta manera, sin consultar a la población, con apuros y sin estudiar las consecuencias sociales y ambientales de su construcción”. Luego agregó: “No se puede hacer una obra de infraestructura sin una amplia consulta a los sectores y movimientos sociales y quienes habitan la zona. El hecho de que un gobernante tenga cuatro años porque fue elegido no le da derecho a imponer sus pretensiones individuales. Es gobernante de un conjunto social”.
Al respecto, relata que han hecho un pedido de información pública al Municipio hace un mes y que no han tenido respuesta. “Hay algo que sabemos con certeza: quienes impulsan el proyecto han inventado una traza llamada 3bis, que es una alternativa a la traza número 3, que ha determinado la empresa constructora internacional Atecsa SA. De varias que han dado como posibles, esta traza 3 fue tres veces desechada. Fue ahí donde los dos intendentes le cambiaron el carácter al puente. En el proyecto original, el objetivo central era que el puente sea un viaducto de materias primas entre los dos océanos, o sea, entre la costa del Pacífico en Chile y la Atlántica. Esta gente ha hecho una modificación y ha camuflado ese carácter original al puente y lo transformaron en una megaobra de infraestructura de conexión entre dos ciudades. Es un engaño. Porque se va a hacer una obra de infraestructura, con el pretexto de que va a unir a dos ciudades, cuando en realidad sabemos que va a terminar siendo usado como un corredor bioceánico”, aseguró Yapur.
La camionada
Al ser consultado sobre la legitimidad de la construcción de este puente, Yapur respondió que en Santa Fe empezaron hace un año con el Foro de Debate Metropolitano, que se formó para tratar de darle una resistencia a este proyecto porque lo consideran inconsulto con la ciudadanía y por lo tanto ilegítimo. Luego agregó que: “Paraná va a ser afectada porque quieren expropiar la Toma Vieja, que es territorio provincial entrerriano y es una reserva natural, a la que van a atravesar con una obra de infraestructura de cemento. Quieren expropiar casas de habitantes de la zona, con la excusa de construir el puente: es una aberración. Sabemos que va a ser un puente que va a estar atravesado por ese cordón bioceánico. Ahora yo le pregunto a los ciudadanos, ¿qué vamos a hacer con este puente cuando pasen 4000 camiones diarios? ¿Qué va a pasar con las emanaciones que producen esos camiones? ¿Cuál es el impacto que va a producir sobre el hábitat, desde el punto de vista ecológico y de la salud de las personas?
Cuando se le preguntó por cuáles serían las posibles consecuencias para la zona de la costa santafesina, Yapur dijo que afectaría a la isla Sirgadero donde está ubicado Alto Verde y la Vuelta del Paraguayo, también a Colastiné Sur, porque se utilizaría a la ruta 168 como parte del viaducto del puente. Luego aseguró que “en la forma que se haría el aterraplenamiento y la estructuración de este puente, corre riesgo hídrico la ciudad entera, porque no se sabe cuáles son las consecuencias que podría producir simplemente por el hecho de que no están estudiadas. No nos olvidemos que la ciudad de Santa Fe ha crecido en el valle de inundación de dos ríos: el Salado y el Paraná. ¿Qué va a pasar con la ciudad cuando crezcan los dos ríos simultáneamente y encima llueva? Es una alerta. No se puede hacer una obra vial de tal magnitud por el capricho político o económico de un núcleo mínimo de pobladores. Por eso nosotros elevamos esta consigna: no queremos un puente para pocos”.
Al finalizar el diálogo con Pausa, Antonio Yapur afirmó: “Hay que pensar todo esto porque por donde pasará el puente vivimos seres humanos. No somos pedazos de cemento. Nosotros en la Coordinadora de la Costa nos preguntamos: ¿para qué queremos un puente? ¿Para seguir con una política extractivista? ¿O para ser un país donde entremos todos? ¿Para qué proyecto de país queremos este puente? Por eso, a esta traza, no. Todo el mundo está de acuerdo con que esta traza no. Los únicos que no están de acuerdo son Corral y Varisco”.