Pese a haber habilitado la ilusión de la ley, Cambiemos aportó la mayor cantidad de votos negativos y una mínima cantidad de votos positivos, tal como sucedió en la votación en diputados. Análisis y datos duros de una noche histórica.
Las leyes decisivas requieren, justamente, decisión. El gobierno de Cambiemos pudo haber quedado en la historia grande por este debate. Ahora, la discusión será si fue abierto en una mera mala jugarreta de marketing o qué. El país se movilizó en favor y en contra del aborto legal, el movimiento de mujeres protagonizó una de las concentraciones más gigantescas que se hayan visto nunca en el país, soportando bajo la lluvia y el frío cómo se aproximaba un resultado que ya estaba cantado por la mañana.
El triunfo de las mujeres es otro, mucho más grande. En un nivel más pueril, el de la política partidaria, las mujeres ahora se convirtieron en el sujeto decisivo de las elecciones de 2019. Listas celestes, listas verdes y, seguramente, listas ni fu ni fa destinadas a la intrascendencia signarán la compulsa del año que viene. Acaso ese fue el objetivo original de Cambiemos, asentándose en su base más dura de votantes, que festejó con algarabía y fuegos artificiales cómo en el Congreso sus representantes los expresaron cabalmente. Incómodo lugar queda para quienes ostentan el acervo laico y moderno de la Unión Cívica Radical: el peronismo puso muchísimos más votos en favor del aborto en ambas cámaras.
Sin embargo, quizá haya un error de cálculo en la movida. La demostración pública, la fuerza de movilización y la articulación argumentantiva del movimiento de mujeres –en política, en algún punto, hay que convencer–, generan un cambio de escenario completo. Ya eran el sujeto social con un dinamismo sin igual, ahora son el más potente y enfurecido, con un objetivo absolutamente claro y tiempo para avanzar sin claudicaciones. ¿En qué encontrarán representación? ¿En los artífices de su desengaño?
Como fuere, el análisis de los datos duros muestra que, como sucedió en la votación de diputados, Cambiemos fue el artífice de la oposición legislativa al aborto legal, sobre todo si se considera el pobrísimo aporte de la Unión Cívica Radical.