Lejos del mundo del intercambio corriente de los consumidores, los cheques son instrumentos de pago vitales para el comercio. Funciona como el dinero común, pero no es dinero: si no hay plata en la caja, se puede emitir un cheque para pagarle al proveedor. Claro que lo que conviene es que haya dinero en la cuenta bancaria para que el proveedor pueda cobrar el cheque. Cuando eso no sucede, surge la expresión “me clavaron con un cheque”. Como no es dinero contante y sonante, el cheque permite este tipo de engañifas, más todavía cuando se firma a plazo (30, 60, 90 días o más).
Por eso, la proporción entre cheques no pagados, cheques rechazados y cheques procesados por los bancos (compensados, se les dice) permite observar la solidez de la cadena de pagos de los comercios, al menos en ese aspecto. Cuanto mayor es la cantidad de cheques rechazados sobre el total de cheques compensados, significa que están volando cheques sin fondos. Es decir: que en la cadena comercial están crujiendo los pagos en todas las direcciones.
Según los datos del Banco Central, desde enero de 2010 a noviembre de 2015 el promedio de cheques rechazados sobre los cheques compensados fue de 2,28%, medido en la cantidad de dinero comprometida. El porcentaje de no pagados sobre los compensados, en promedio, fue entre 2010 y 2015 de 1,16%. Durante la era Cambiemos, el promedio de dinero de cheques rechazados subió al 3,19%, mientras que el de los cheques no pagados subió al 1,36%.
Da resultados similares la comparación respecto de la cantidad de cheques (no es lo mismo el dinero que se paga a través de los cheques que la cantidad de cheques en sí que se utilizan en la economía). En promedio, el 2,78% de los cheques compensados entre 2010 y 2015 fueron rechazados; el 1,63% no pagados. Con Macri, las cifras suben a 3,63% y 1,75%.
Para graficarlo mejor, en promedio, con el nuevo modelo el volumen de dinero puesto en cheques rechazados, respecto del total de cheques compensados, aumentó 39,9%, mientras la cantidad de cheques rechazados sobre los compensados creció 30,58%.
Pero no todo da lo mismo durante la era Cambiemos. En 2016, la proporción de cheques rechazados sobre los compensados fue de 2,54%. En 2017, subió a 2,65%. Y en 2018, hasta junio, saltó a 6,3%, midiendo el volumen de dinero de comprometido. En cantidad de cheques, la proporción de rechazados en 2016 fue de 2,91%, en 2017 subió a 3,06% y en 2018 está en 6,46%.
Comparando con el promedio 2010 a 2015, en 2018 la cantidad de dinero puesta en cheques rechazados creció un 176%, mientras que el número cheques rechazados aumentaron el 132%.
Con Macri modelo 2018, tus chances de que te claven con un cheque casi se triplicaron. Literalmente.
El último dato publicado, de junio de 2018, muestra que 5,89% de los cheques fueron rechazados (5,04% midiendo el volumen de dinero). Esas cifras en junio de 2017 eran de 2,2% y 2,53%. Para estremecerse, al final, el dato más duro: la cantidad de cheques rechazados entre enero y junio de 2018, en comparación no con tiempos idos anteriores a Cambiemos sino con enero y junio de 2017 muestra un alza de 134,67%; el volumen de dinero en cheques rechazados subió 187,5%. Los problemas en la cadena de pagos se agravan cada vez con mayor aceleración y no hay nada que indique un cambio de rumbo.