No se pide por flan, apenas por un poco de leche

Las ventas de leche y de lácteos en general siguen cayendo. En junio, la venta de lácteos en general cayó 13,55% respecto de junio de 2017. En leches fluidas, la merma fue de 8,02%. El primer semestre de 2018 es el peor de la era Cambiemos.

Las ventas de lácteos caen en picada, según datos del Ministerio de Agroindustria. En el primer semestre de 2018 estuvieron un 1,37% abajo de 2017, acumulando una merma del 3,33% respecto de igual período de 2015. La caída no parece excesiva, pero toma otra dimensión si se observa el producto insignia de la industria, la leche fluida. En este primer semestre se vendió un 2,35% menos que en 2017, pero la baja se estira al 9,97% comparado con el mismo período de 2015.

Cabe destacar que en 2016 el consumo anual de lácteos estuvo un 3,44% abajo de 2015 y que en 2017 estuvo un 0,8% abajo de 2016. Y que en el caso de la leche esas mermas fueron de 2,63,% y 8,67%. Es decir: la tendencia de abandonar los lácteos en general y la leche en particular no se detiene, sino que se profundiza.

Acaso esa haya sido la razón para que a mediados de 2017 el Ministerio de Agroindustria cambiase sus sistemas de medición para el mercado interno de lácteos. Con la vieja estadística, ya le había dado que el consumo de leche de 2016 estaba en los niveles de la crisis de 2001 y 2002. Con el nuevo método, no hay datos anteriores a 2015.

No obstante, la malaria no se puede tapar. Sobre todo si se observan los datos de junio: la caída de 13,55% en las ventas de lácteos para el mercado interno de ese mes es muy significativa. Sólo en septiembre de 2016 y febrero de 2017 hubo bajones más pronunciados (16,75% y 14,48%, respectivamente). Prácticamente en todos los productos de primer consumo se notan guarismos semejantes. Y todavía lo peor de la tormenta no se había desatado.

 

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