El Indec divulgó que en julio, cuando todavía lo peor de la crisis no se había desatado, la industria tenía activa sólo el 60,1% de sus máquinas. Equipara las parálisis de 2002 y 2003: un salto atrás de 15 años.
La utilización de la capacidad instalada industrial mide cuántas maquinaria tienen las empresas en funcionamiento para producir, descontando aquellas que estén en reparación o mantenimiento. Las máquinas paradas son un costo para las empresas, eligen detener su funcionamiento cuando no tiene más sentido producir porque no hay quien compre. En julio pasado apenas el 60,1% de las máquinas estuvieron activas. Es el segundo parate más fuerte de toda la era Cambiemos y, de hecho, hay que atrasar hasta diciembre de 2002 (60%) y enero de 2003 (58,8%) para igualar un sistema industrial tan paralizado (descontando febrero de 2017). De más está decir que no tiene ningún sentido esperar mayores inversiones en industria. El 39,9% de las máquinas está al divino botón, alcanza con utilizar lo que ya está.
Con Macri la demolición del trabajo registrado industrial nunca se detuvo
Los bloques sectoriales que se ubican por debajo del nivel general de la industria son: productos alimenticios y bebidas (58,9%), edición e impresión (58,6%), productos de caucho y plástico (54,3%), productos textiles (53,6%), la metalmecánica excepto automotores (51,1%), sustancias y productos químicos (50,8%) y la industria automotriz (48,1%). Cabe destacar que la industria automotriz tuvo un repunte respecto de 2017, cuando en julio de ese año apenas estaba en funcionamiento el 45,5%.
Nunca durante la era Cambiemos la utilización de la capacidad instalada industrial llegó siquiera al 70%. El peor mes fue febrero de 2017, cuando apenas estuvieron activas el 60% de las máquinas. Enero y febrero suelen ser meses de baja estacional en la producción, lo cual no quita que esas cifras de parate indican un estado de crisis total en el sector. Que en se repitan en julio, un año y medio después, marca que el escenario es de mayor gravedad todavía.