Tras demostrar su fracaso –incluso apuntado por el FMI– el gobierno apura la disolución de la burbuja de Lebacs creada por el propio gobierno. Entre este martes y miércoles, 150 mil millones de pesos (o más) se pueden ir al dólar.
La joda le viene saliendo al país 453.193 millones de pesos sólo en intereses –son más de dos presupuestos 2018 de toda la provincia de Santa Fe–, la ganancia que se obtiene por poner plata en una timba financiera como lo fueron –todavía son– las Letras del Banco Central o Lebacs, el instrumento que explotó el ex presidente del Banco Central Federico Sturzenegger y el bloggero, ex precandidato a vicepresidente e hijo con apellido, Lucas Llach. Se suponía que ofreciendo esos papelitos los especuladores no iba a presionar el dólar y, al mismo tiempo, iban a entregar sus pesos. Un idilio para el monetarismo imbécil, que supone que la inflación por exceso de emisión es posible en un país donde al 30% de la población le faltan billetes para consumir.
El resultado final es conocido: ni ofreciendo tasas de interés del 47% anual pudieron frenar la estampida al dólar que se dio con cada vencimiento de estos bonos. Devaluación y tasas de interés por la nubes, tal es el presente que resulta, en consecuencia, en una inflación anual que rozará el 50% –récord desde 1991– y una recesión que bien podría rotularse, en 2019, como depresión.
La quita total de los controles de cambios resultó además en ingresos y egresos de capitales golondrinas en niveles por demás dañinos. Se suma a ello la explosión de la fuga de capitales. Tan a medida de la especulación financiera fueron todas las medidas tomadas que solamente podrían catalogarse como error o impericia en la medida en que fueron tan abruptas que están poniendo en crisis la gobernabilidad o el orden institucional mismo. Ese es la única impericia que se puede señalar dentro de la lógica de un sistema de saqueo y fuga de riqueza ni siquiera visto en tiempos de la dictadura.
A partir de mañana, el Banco Central anunció que sólo renovará 150 mil millones de los aproximadamente 300 mil millones de pesos que vencen el miércoles. El resto puede irse al dólar o a otros papeles, si les gusta el riesgo. Los bancos, que poseen 100 mil millones más, no podrán renovar sus Lebacs –excepto que comisionen la operatoria en un tercero–, por lo que podrán quedarse con los pesos el miércoles, o bien tomar Notas del Banco Central (Nobacs, son como las Lebacs pero vencen al año) o Letras de Liquidación (que vencen a los siete días). También participará el Ejecutivo ofreciendo sus Letras del Tesoro. Una horda de papeles y papelitos que engrosarán la deuda en pesos y en dólares y que no evitarán que, finalmente, la riqueza se fugue del país. Apenas entre enero y julio se fugaron 20.027 millones de dólares, el doble de lo perdido en 2017 en el mismo período y poco menos que todo lo fugado en los doce meses de los años récord de fuga, 2008, 2011 y 2017 mismo.