Lejos de solucionarse, recrudece el conflicto por los aumentos en las cuotas de la Universidad Católica de Santa Fe. Los estudiantes realizaron nuevas sentadas el lunes y el jueves y ayer emitieron un fuerte comunicado. Enviaron una carta al Arzobispado.
"Los centros de estudiantes han sido citados el día lunes 24 a las 14 horas, en lo que aparentaba ser una mesa de negociación, cuando sólo se trató de un explícito 'llamado a la reflexión' por parte del directorio. En otras palabras, no hemos recibido respuesta que muestre interés para llegar a un mutuo acuerdo por parte del Rector Rocchetti u otra autoridad del establecimiento educativo", así arranca un comunicado publicado ayer por lxs alumnxs autoconvocadxs y los Centros de Estudiantes de la Universidad Católica de Santa Fe. Previamente, después del encuentro del lunes 24 y también el jueves 27, los jóvenes realizaron protestas frente a la sede de barrio Guadalupe, reclamando por los aumentos en las cuotas. El comunicado culmina con furia hacia las autoridades: "Te eliminan de las planillas de asistencia si te demorás en pagar, te cobran $162 de interés si te retrasás un día, y como si fuera poco, te mandan un comunicado diciendo que para estirar el plazo de pago a 10 días más, hay que presentar una carta más los recibos de sueldo que comprueben la imposibilidad de abonar antes. ¿Y por qué no presentan ustedes sus recibos de sueldo?".
El conflicto se desató cuando el estudiantado se anotició de que el Directorio de la institución había pautado aumentos fuera de orden y mesura, que llevarían la cuota de los 4500 pesos a comienzos a año a 8500 en diciembre. Encima de la noticia, hacía meses que en la institución tanto los docentes, los no docentes como los estudiantes estaban al tanto de un rumor que versaba sobre subas salarias desmedidas para las autoridades. Durante el conflicto, circularon por las redes sociales imágenes de la deducción de ganancias de los salarios de las autoridades de la casa de altos estudios. El diario El Litoral sirvió de plataforma para que el rector Ricardo Mario Rocchetti desmienta esas versiones y relativice la suba arancelaria. Sin embargo, colegas de Rueda de Prensa accedieron a una copia del recibo de sueldo del rector que prueba que sus ingresos rondan los 220 mil pesos mensuales. "Consideramos esta actitud de faltar a la verdad, por ser rector de una Universidad Católica, como inaceptable", señalan los estudiantes en el comunicado publicado ayer, donde también notifican que enviaron una carta al Arzobispado comunicando las irregularidades y solicitando una reunión.
Los estudiantes tomaron nota del contexto, en su mensaje señalan que "teniendo en cuenta algunos comentarios producto de la desinformación y el hermetismo mediático e institucional, consideramos fundamental expresar y dejar en claro los motivos que nos llevaron a tomar estas medidas", para pasar a detallar sus inquietudes y reclamos.
• "El monto que se pretende cobrar no se corresponde de ninguna manera con la calidad del servicio que se brinda. Además de los dos aumentos previamente establecidos para este año, decidieron sumar otro más; un procedimiento como mínimo dudoso, teniendo en cuenta que los aumentos y los montos se fijan a principio de año".
• "No contamos con los insumos que nos prometen desde el día uno, el equipamiento técnico y los recursos básicos necesarios para el correcto desarrollo de las materias, fundamentales para la 'educación de excelencia' que pretenden vender".
• "De querer [un estudiante] cambiarse a una institución pública, es poco probable que puedan homologarse materias, y de serlo, la UCSF exige una suma de dinero por cada materia a homologar".
• "Repetimos una vez más: rechazamos totalmente el aumento arancelario. Las autoridades se negaron a mostrar balances contables que justifiquen realmente cuál es la razón del aumento. Queremos explicaciones a la altura de nuestro reclamo. Echarles la culpa a los cambios macroeconómicos no es un argumento a la altura de lxs estudiantes que merecemos una respuesta real. Somos el sostén de la Universidad".
Puntualmente, los estudiantes indicaron que el rectorado les reiteró en la reunión del pasado lunes cuáles son las vías de financiamiento habituales de la institución para aquellos estudiantes que no lleguen a pagar el arancel. Esas alternativas son un un programa de financiamiento, que reparte el aumento en seis cuotas mensuales y la "beca de honor", un mecanismo de cueva financiera que los estudiantes describen con claridad: "requiere que se presente una descomunal cantidad de documentación (recibos de sueldo, facturas de todos los servicios contratados, comprobantes de todo tipo) para luego enviar un asistente social a auditar el hogar del postulante. En el mejor de los casos, la reducción de la cuota puede alcanzar con suerte un 30%. De ser otorgada, debe ser devuelta a la Institución con el porcentaje de intereses actualizados. Tal es el caso de alumnxs que llegan a la colosal suma adeudada de más de $200.000".
La parte más picante
Hacia el final del comunicado, los estudiantes toman el lema de la institución, "In omnem veritatem", hacia toda la verdad, para hacer una enumeración de denuncias, entre las que se puede destacar:
• "Ir 'hacia toda verdad' no es solicitar un diálogo sincero cuando no existe el diálogo, entendiendo que en una instancia de diálogo hay dos partes interesadas en negociar, no una parte bajando línea a otra; cuando nos cansamos de mandar cartas, hacer reclamos, y que nos contesten con comunicados de escritorio".
• "Nunca reflexionaron severamente sobre sus astronómicos salarios, mientras tenemos docentes que cobran $1500 por mes".
• "Te eliminan de las planillas de asistencia si te demorás en pagar, te cobran $162 de interés si te retrasás un día, y como si fuera poco, te mandan un comunicado diciendo que para estirar el plazo de pago a 10 días más, hay que presentar una carta más los recibos de sueldo que comprueben la imposibilidad de abonar antes. ¿Y por qué no presentan ustedes sus recibos de sueldo?".