Según los últimos datos del Instituto Nacional del Vino, las ventas en el mercado interno cayeron 5,55% en agosto. La caída acumulada desde enero es de 5%. Es el tercer año consecutivo de contracción en las ventas.
¿Será la moda, la malaria o la combinación de ambos procesos? Observando el resto de los indicadores, parece que la respuesta correcta es la tercera, aunque con la segunda ya alcanza. Las ventas de vino para consumo del mercado interno siguen cayendo, en un pozo que no parece tener fondo. El agosto que pasó fue el peor desde que hay registro (2009), con ventas próximas a las de los meses calurosos (las temporadas altas del vino son el frío y las fiestas).
La caída de agosto respecto de agosto de 2017 fue del 5,55%. La comparación con agosto de 2015, último año positivo para las ventas del vino, muestra una contracción de 8,06%. No es tanta diferencia, agosto de 2015 fue justo un mes malo dentro de ese año. En las ventas acumuladas se nota mejor la diferencia: entre enero y agosto de este año se vendió un 5% menor que en el mismo período de 2017 y un 16,66% menos que en 2015. Considerando que los tres años fueron para atrás parejito, son cifras de quebranto.