Según el mayor panel de expertos de la ONU, entre 2030 y 2050 la temperatura global promedio será 1,5°C más calurosa que ahora. Es una catástrofe ambiental. Las medidas para amortiguar el proceso son casi impracticables. Y puede ser peor.
Nada de pavadas tipo “andá más en bici”, “dúchate en cinco minutos”, “poné el aire en 24”, "cambiá a foquitos LED". Para frenar el cambio climático, de verdad, la población mundial debería convertirse en vegana hoy, todos los automóviles tendrían que detenerse mañana mismo y las usinas a base de petróleo o carbón deberían haberse apagado hace tiempo. Por lo pronto, un hecho es irreversible: en la era industrial fuimos los humanos los que ya causamos la suba de 1°C de la temperatura global y entre el 2030 y el 2050 el calor ya habrá subido en promedio 1,5°C, sino 2°C.
Hay un momento clásico en toda película sobre desastres ambientales: cuando el científico explica al detalle lo que sucederá y el auditorio lo escucha con sorna. En la vida real, ese momento acaba de pasar. "Crean que lo intentamos, pero estábamos distraídos peleando por boludeces", dijo alguna vez Adrián Brecha.
Entre abril de 2016 y octubre de 2018, más de 200 científicos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en inglés) estudiaron cuál sería el impacto planetario de un clima un 1,5°C más caliente que el promedio previo a la revolución industrial. Los resultados son lapidarios, los pronósticos indican que el proceso es irreversible y las propuestas para no caer en un escenario aun peor son, lastimosamente, una ilusión.
El apocalipsis climático se debe fundamentalmente a las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) y otros gases con efecto invernadero. A esta altura del partido ni siquiera alcanza con detener la emisión de estos gases por completo y de golpe: las cantidades ya acumuladas nos llevarán al escenario de calor infernal. Sí se puede lograr, en plazos centenarios, que luego la temperatura se normalice.
En científico, el IPCC dice “Los riesgos climáticos futuros dependen de la velocidad, máximo y duración del calentamiento. Los riesgos son mayores si el calentamiento excede los 1,5°C antes de regresar a ese nivel para el 2100 que si se estabiliza en una suba de sólo 1,5°C, en especial si el máximo es elevado (por ejemplo, 2°C). Algunos impactos pueden ser de mucha duración, o irreversibles, como la pérdida de ecosistemas”. Nótese: vamos derecho a un escenario de calor global imposible en apenas una década y el escenario optimista es que no llegue a ser todavía peor.
Cómo va a ser
Muchos más días de calor extremo. Pérdida de ecosistemas fríos. Suba de casi un metro del nivel del mar. Clima loco: tormentas desaforadas y sequías asfixiantes. Desaparición de especies. Muerte de los corales. Mas o menos como ahora, pero mucho peor. Según el IPCC, quienes más riesgo enfrentan son “las poblaciones más vulnerables, pueblos indígenas, comunidades que dependan de la agricultura o la actividad costera”. Las regiones más jodidas son el Ártico, las regiones secas, las islas pequeñas del mar y los países menos desarrollados en general.
En las ciudades el calor será peor, las llaman “islas de calor urbano”. Las olas de calor tendrán más efecto y enfermedades como la malaria o el dengue pegarán más y llegarán a más ciudades, porque el calor se extenderá. En el campo, el maíz, el trigo, el arroz y el ganado también sufrirán las consecuencias.
Todo esto es lo que ya va a suceder posta entre 2030 y 2052. “Limitar el calentamiento global a 1,5°C y no a 2°C puede reducir el número de personas expuestas a los riesgos climáticos y a la pobreza en varios cientos de millones de personas”. Lástima que eso tampoco va a pasar.
“There is no documented historic precedent for their scale”
El tamaño de las reformas que hay que hacer para estabilizar el cambio climático en 1,5°C –no para evitarlo, sólo para que llegue hasta ahí nomás y después pueda bajar de a poco, cuando tus nietos ya sean mutantes hechos y derechos– es tan grande que el IPCC usó esa expresión: “No hay precedente histórico documentado de su escala”.
Se requerirá “transiciones rápidas de alcance extendido en la energía, uso de la tierra, urbanización, infraestructura (incluyendo el transporte y los edificios) y los sistemas industriales”.
Todo se trata de reducir las emisiones de gases con efecto invernadero –incluso, de utilizar métodos que absorben y disuelven esos gases– para llegar al cero de emisión. La ONU le pone cifras al asunto y ahí es donde se nota el disparate.
Para que no se superen los 1,5°C de calentamiento global, o se superen apenitas, y tomando como punto de comparación las emisiones de gases de 2010, las emisiones de CO2 tendrían que reducirse entre 59% y 40% en 2030 y entre 104% y 91% en 2050. Las emisiones de carbón para producir energía tienen que bajar entre 78% y 59% en 2030 y entre 95% y 74% para 2050. La quema de derivados del petróleo se tiene que reducir entre 34% y 3% para 2030 y 78% y 31% para 2050.
Los pedos de las vacas, o emisión de metano en la agricultura, se tienen que reducir entre 30% y 11% para 2030 y 46% y 23% para 2050.
Hablamos de cambios que se tienen que dar en los próximos 12 años de una forma totalmente brusca. Ni China ni Estados Unidos ni Rusia los van a hacer y son los responsables excluyentes de todos esos gases. No sólo el cambio climático no se va a estabilizar en 1,5°C, sería una gloria que no supere los 2°C mientras la mayoría de las personas que leen esta nota tengan todavía vida.
Yo te avisé
La certificación de la llegada del armageddon ambiental se comunicó el 8 de octubre en Korea. De la elaboración del informe del IPCC participaron científicos de 44 nacionalidades distintas. Hubo 91 autores: 14 coordinaron el informe, 60 escribieron y 17 editaron.
La tarea le había sido encomendada al panel tras el Acuerdo de París, a fines de 2015. Cabe recordar que Donald Trump retiró a Estados Unidos de ese acuerdo y que, además, está en plena estimulación del consumo de carbón. El informe será el insumo principal de la Conferencia del Cambio Climático de Katowice, Polonia, en diciembre, donde los gobiernos discutirán el Acuerdo de París.
Payaso peligroso: Trump rompe el acuerdo contra el calentamiento global
“Uno de los mensajes principales que surgen del reporte es que ya estamos viendo las consecuencias del calentamiento global de 1°C a través de climas más extremos, la suba del nivel del mar y la reducción del hielo marítimo del Ártico”, dijo Panmao Zhai, autoridad del IPCC.
“El calentamiento de 1,5°C o más incrementa el riesgo de daños duraderos o irreversibles, como la pérdida de ecosistemas”, sentenció Hans-Otto Pörtner, responsable de uno de los grupos de trabajo del IPCC.
Jim Skea, otro de los científicos destacados del Grupo, le puso el clavo a la lápida: “De acuerdo a las leyes de la química y la física, limitar el calentamiento global a 1,5°C es posible, pero hacerlo requerirá cambios sin precedentes”.