“Trueque”: un intercambio entre el Museo Rosa Galisteo y la cultura de Villa Del Parque.
Lo que podría ser motivo de tristeza para Villa del Parque es un orgullo: es un barrio sin plaza. Cuenta la historia que a fines de los años 60, cuando los vecinos hicieron el trazado del barrio se encontraron con que la manzana que iba a estar destinada a la plaza ya estaba ocupada por algunas viviendas. En asamblea decidieron que no desplazarían a ninguna familia y que sacrificarían la plaza para lotear esa manzana. “Y como no tuvimos plaza, tomamos las calles”, supo dictaminar una vecina. La calle entonces se convirtió en el escenario de los cumpleaños, del locro del 25, año nuevo, del ensayo de las bandas, de chicos jugando y las abuelas tomando mate.
Barrio sin Plaza, un colectivo artístico santafesino, se inspira en esa historia para su nombre. Está integrado por Ariana Beilis y Malcon D’Stefano, quienes trabajan en torno a los espacios públicos barriales, principalmente de Villa del Parque. Sus obras son acciones e instalaciones en veredas, parques y lugares accesibles a toda la comunidad. Pero esta vez quisieron ir más allá e idearon Trueque, obra que implica un intercambio patrimonial entre el Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodriguez y el barrio proponiendo expandir las fronteras –arquitectónicas, conceptuales, discursivas– del ámbito museístico. De esta forma, una selección de obras de arte serán expuestas en la vecinal del barrio y las producciones culturales de los vecinos y vecinas serán a su vez exhibidas en uno de los museos más grandes de Latinoamérica.
En diálogo con Pausa, Ariana Beilis cuenta cómo surgió la idea del “trueque” de patrimonios: “En diciembre de 2017 nos acercamos desde Barrio sin Plaza con esta idea al Rosa Galisteo para generar un intercambio de patrimonio entre el barrio y el museo con el eje puesto en los conceptos ‘trabajo, luchas y conquistas populares’ para la selección de las obras que conformarían las dos muestras de Trueque. Y elegimos a Villa del Parque, un barrio de 3000 habitantes de la ciudad, principalmente por identificación: yo vivo acá y ya venimos trabajamos con los vecinos. Además es un barrio muy rico culturalmente, tiene una gran historia de luchas y producciones: 35 bandas musicales, un periódico La voz (con 25 años de antigüedad) y un grupo de escritores LectoBus (coordinado por la escritora Alicia Barberis), entre otras”.
—¿Por qué Trueque y no préstamo?
—Porque nos gustaba la idea del trueque que no encierra la idea del valor monetario pero sí que las cosas que se intercambian poseen un valor equivalente. No queríamos caer en una exotización de las producciones artísticas de nuestros vecinos sino que queríamos ponerlas en valor, otorgarle un valor simbólico más allá de lo monetario que pudieran tener esas obras y que sí lo tienen las obras del Rosa Galisteo.
Ariana Beilis y Malcon D’Stefano se han puesto de acuerdo en que Trueque es una obra en sí misma y no un proyecto. Para elles es importante despegarse de una actividad dedicada a lo pedagógico: “Con Malcon entendemos que las instituciones educativas cumplen un rol fundamental que tiene que ver con la posibilidad de que los gobernantes puedan seguir gobernando, de reproducción del statu quo. Obviamente que hay proyectos que son trasgresores y hay que defender toda la educación pública. Pero nosotres no nos queríamos posicionar desde ese lugar del dispositivo que dice lo que está bien y lo que está mal”. Afirman que lo esencial de la obra es que los vecinos y vecinas puedan hacer una reflexión y un pensamiento crítico acerca de tu territorio: “Generalmente a los ciudadanos y ciudadanas se les permite ensamblar piezas para generar la parte mecánica pero no generar el contenido simbólico por lo tanto queríamos insertarnos desde el lugar de obra porque deja abierta la interpretación, para que hagan su propia lectura”, afirma Ariana.
Para cualquiera, sin Prometeo
—¿Porque pensaron en el Museo Provincial de Bellas Artes y no otro? ¿Con Trueque hay una intención de descentralización y desacralización de la obra de arte?
—Sí, por supuesto. De descentralización de la obra de arte en el sentido de que más allá de que el colectivo 5 nos lleve a la puerta del Rosa, lo cierto es que hay mucha información de acceso libre y gratuito que no llega al barrio. Por ejemplo la información de hay un museo que contiene obras que son patrimonio de todos los habitantes de la provincia y ese patrimonio habla también de ellos. Y eso sucede por muchos motivos: quizás no tienen plata para el colectivo o porque salen del barrio y se topan con muchas discriminaciones por su “facha” o porque van tarareando una cumbia. Es difícil el enfrentar al centro desde la periferia. Hay una anécdota de cuando los chicos y chicas entraron al museo, una de las cosas que ellos sintieron era que era un palacio en comparación con las casitas del barrio. Y en la linea de la desacralización, la idea no era tampoco que el museo viniera al barrio como el Prometeo que trae la luz, sino que lo pensamos como un intercambio, un trueque. Vos nos prestas esto y nosotros te prestamos lo nuestro.
—Para la muestra del barrio priorizaron su patrimonio inmaterial. ¿Cuál fue la motivación de esa decisión?
—Había una dificultad real que tenía que ver con la materialidad, por ejemplo para traer la muestra de stencil no podíamos traer un pedazo de pared al museo, entonces lo resolvimos como el registro fotográfico de la acción que realiza Zulema –vecina del barrio– en conmemoración a jóvenes víctimas fatales de la violencia institucional. En su mayor parte serán expresiones sonoras: la presentación en vivo de la murga “Son Ellas”; audios de murgas del barrio; de la historia del barrio en la voz de sus protagonistas; grabaciones de titulares del periódico La Voz de Villa del Parque; reproducción de audios con narraciones de cuentos escritos y leídos por niños, niñas y jóvenes del colectivo de escritores LectoBus, dibujos de niñas y niños de La Vitrina emplazada en Villa del Parque. Además fue pensado como una estrategia para contrastar nuestra muestra con Museo Tomado que ocupa actualmente todo el museo. Queríamos que Trueque tuviera cierta autonomía identitaria.
—¿Tuvieron la posibilidad de seleccionar las obras que van a ser expuestas en el barrio?
—Sí, tenemos muy buen vínculo con el museo y desde la dirección y todo el equipo se han movido mucho con respecto a la parte burocrática para poder sacar las obras y llevarlas, enfrentando todos los prejuicios que ello conlleva. Finalmente ha sido una victoria que permitirá traer obras a un barrio. Nos ofrecieron más de 30 piezas que estaban en condiciones de mantenimiento para poder salir del museo a partir de las cuales, con el eje “Trabajo, lucha y conquistas sociales”, seleccionamos seis.
Info útil
Trueque tendrá lugar el jueves 11 y viernes 12 de octubre en la Asociación Vecinal Villa del Parque (27 de enero 3550) de 9.00 a 12.00 y de 13.00 a 17.00 y el sábado 13 en el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez (4 de Enero 1510) de 17.00 a 19.00.