Wilson Witzel, gobernador electo por el estado de Río Janeiro alineado con Jair Bolsonaro, declaró que quiere snipers que le vuelen la "cabecita" a quien ande armado en una favela.
Sin juicio previo, sin ley. El gobernador electo de Río de Janeiro, Wilson Witzel, declaró el 30 de octubre pasado a Globonews que quiere francotiradores en la ciudad para "abatir" directamente a quienes porten armas y sean "bandidos". "Lo correcto es matar bandidos que están con fusiles. La policía hará lo correcto: apuntará a la cabecita y ¡fuego! Para que no haya error", dijo Witzel. Antes de dedicarse a la política alineado con el ultraderechista Jair Bolsonaro, hoy presidente electo de Brasil, Witzel era juez federal. Ganó en su estado por el 60% de los votos.
Sólo en Río de Janeiro 175 personas fueron asesinadas por las fuerzas de seguridad (militares y policiales) en agosto de este año. Es un 150% más que los muertos de agosto de 2017 (70 víctimas), y un 36% más respecto del mes anterior, julio de 2018. Los datos son del último estudio divulgado por el Instituto de Seguridad Pública de Río. Río vive una crisis de seguridad total, el año pasado registró 6731 homicidios.
"A un malhechor con un fusil lo frena otro fusil. No sirve de nada pedirle que lo deje en el suelo, porque va a disparar. El policía que fuera cuestionado, va a ser defendido por la fiscalía", advirtió Witzel. Las declaraciones se produjeron después de que anunciara que solicitará la continuidad de la permanencia de las Fuerzas Armadas hasta octubre de 2019 (estaba prevista la retirada en el próximo diciembre). La extensión en el tiempo estará destinada, según Witzel, a capacitar a las nuevas fuerzas que operarán bajo su mando. Durante los seis primeros meses de intervención militar en Río, el número de tiroteos subió un 40% y las muertes por enfrentamientos con las fuerzas de seguridad fueron las más altas en 30 años, informa la agencia EFE.
Indagado por EFE sobre un caso reciente, donde francotiradores oficiales abatieron a personas que portaban objetos que no eran armas, Witzel se refirió al tema de la capacitación: "normalmente un francotirador no dispara en quien está con paraguas y mucho menos quien está con una máquina de taladrar". "En esos casos eran policías que no estaban preparados para ese tipo de misión". En función de ello, solicitó un relevamiento para conocer al personal calificado para este tipo de barbaridad en la tristemente célebre BOPE (Batallón de Operaciones Especiales, inmortalizado en los films de propaganda Tropa de Elite) y la Coordinadora de Operaciones Especiales.
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Amnistía Internacional Brasil repudió inmediatamente los dichos. En un comunicado señaló que "Las declaraciones del gobernador electo Wilson Witzel de que policías y militares tendrán autorización previa para matar automáticamente a personas que estén armadas, sin que haya un riesgo inminente de la vida, son una afrenta a la legislación brasileña y a la legislación internacional, y no respetan las reglas de uso de la fuerza y armas de fuego por parte de los agentes de la seguridad pública. Tal medida tiene un potencial impacto desastroso en el aumento de los homicidios y de la violencia armada en las ciudades. No se combate violencia con más violencia, enfrentamientos directos y falta de respeto a la legislación vigente. La violencia armada se combate con acciones estratégicas de inteligencia, investigación, prevención, y mayor control de circulación de armas de fuego. Autorizar previamente a los policías y a las fuerzas de seguridad a actuar de forma ilegal, violenta y en violación de los derechos humanos resultará en una escalada de violencia y pondrá en riesgo la vida de centenares de miles de personas, inclusive de los propios agentes de seguridad pública".
"Hoy, en Ciudad de Dios, un helicóptero grabó cinco elementos armados con fusiles. Allí, si uno tiene una operación en que nuestros policías están autorizados para abatir, todos ellos serán eliminados", fantaseó Witzel, en línea con dichos de Bolsonaro en febrero de este año.