Luego de los Juegos Olímpicos de la Juventud, nos preparamos para otro evento que nos pondrá en llamas. Si bien no conoceremos nuevas disciplinas o disfrutaremos de grandes destrezas físicas, estamos en camino a un acontecimiento mundial de relevancia suprema. Me gusta la palabra suprema porque sirve para graficar aquello que no tiene superior en su línea, por ejemplo: la Suprema Corte de Justicia y, a la vez, la primera imagen es la de una buena milanesa de pollo. En fin, el pollo ya no es lo que era.
Por primera vez en Sudamérica se realizará un G-20. Es muy parecido a un mundial, básicamente es una reunión de millonarios que con suerte veremos desde afuera o seguiremos por televisión. El Grupo de los 20, es el principal foro internacional para la cooperación económica, financiera y política: aborda los grandes desafíos globales y busca generar políticas públicas que los resuelvan o al menos hacer jueguito para la tribuna. Está compuesto por la Unión Europea y 19 países: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía.
La letra G no tiene ninguna relación con el alemán Ernst Gräfenberg que es conocido por adjudicarse el descubrimiento casual del Punto G. Para quienes no conozcan sobre este punto que aún sigue en debate, se recomienda acompañar el proyecto de Educación Sexual Integral en las escuelas, pero eso sin entrar en debates, por favor, se recomienda mantenerse unidos.
Básicamente, el cuerpo de mujeres históricamente ha sido examinado por hombres, quienes bautizan zonas con nombres científicos. Luego, los ginecólogos dicen que no es así y se publican varios artículos, etc, etc. ¿Cuántas proctólogas conoce? En fin, hombres discutiendo sobre puntos que estudian desde lo ajeno. Aparentemente, los machos también, cuentan con un sitio estratégico de sensibilidad extrema. Pero para acceder al mismo hay que derribar tantas vallas como para introducirse al G-20.
Esta cumbre luego de la crisis del 2008 (la crisis de la burbuja inmobiliaria donde los bancos fueron rescatados por el Estado) se consolidó como una entidad de reunión e intercambio entre los líderes de los países miembros.
Argentina en el G-20 es como un jardinero que pide permiso para ingresar a limpiar piletas y cortar el pasto en un barrio privado. Una vez que ingresa al country, los propietarios le dan un crédito para que pueda mejorar su servicio y como el jardinero no puede pagar el crédito, pide prestado a los dueños de otro barrio más plata para pagarle a los de country, por las dudas juega un Quini 6 con parte del dinero prestado. Vende la moto y luego vende la máquina de cortar el pasto. Para seguir trabajando, le alquila la máquina a un propietario buena onda y como es un tipo de suerte sigue apostando a diferentes juegos de azar con la tímida esperanza de que si salen los números que sueña pagará lo que debe, recuperará la moto y se volverá a comprar su propia máquina de cortar césped para seguir trabajando, pagando el alquiler y con suerte irse vacaciones 2 o 3 días a la casa de algún pariente. Cuando se da cuenta, tiene 70 años no recuperó nada y todo es culpa de él.
Pero los dueños del barrio privado son tan buenos que le arman una fiesta de cumpleaños en su propia casa. Para eso el jardinero, tendrá que evitar que sus vecinos no intenten hacer ningún desmadre durante la fiesta. En virtud de evitar reclamos, filtraciones anarquistas e incluso invasiones alienígenas, el jardinero les dice a sus vecinos: “En todo jardín hay una época de crecimiento. Existe la primavera y el verano, pero también el otoño y el invierno, a los que suceden nuevamente la primavera y el verano. Mientras no se hayan seccionado las raíces, todo está bien y seguirá estando bien”.