Solo Buenos Aires, Río Negro y Chubut tienen leyes provinciales de cupo laboral trans. En las demás jurisdicciones, los proyectos están cajoneados o ya perdieron estado parlamentario. Las excepciones son Santa Fe y Neuquén, donde los legisladores habilitaron su debate durante el 2018. Como consecuencia, a fines de septiembre la Cámara de Diputados santafesina logró darle media sanción a una iniciativa presentada por el diputado Carlos Del Frade (Frente Social y Popular).
Asimismo, la falta de una legislación nacional lleva a que estas conquistas de las organizaciones sociales y partidos políticos a nivel provincial y local estén resultando estériles en la práctica. El claro ejemplo es Buenos Aires, donde su aplicación aún es nula pese a tener una ley propia desde 2015 y a que seis de sus municipios ya se adhirieron mediante ordenanzas. Por ello se exige basta de medias tintas.
“No hay intención de debatir”
“Basta de medias tintas”, la consigna del festival realizado el jueves 1° en la explanada de la Legislatura, es una interpelación para saber qué piensan los legisladores: “Nos levantamos bajo esta consigna porque vemos que los senadores y la senadora no terminan de posicionarse sobre el tema, ni de explicitar las complejidades que encuentran en cada proyecto”, explica Fernanda Frangella, docente, integrante del Equipo en Defensa de la ESI y militante del Movimiento Popular La Dignidad.
Para Victoria Stéfano, representante de la Asamblea Provincial por el Cupo Laboral Trans y militante de La Poderosa, el silencio es una confesión de parte. “La máxima demostración política acerca de qué piensan es el haber recibido a los antiderechos el día que acá no se pudo votar la ESI” recuerda, señalando hacia el edificio de la Legislatura, para luego analizar: “Sabemos que el Senado sienta posición frente a estos proyectos y que actúa como un partido autónomo más allá de sus bloques políticos. Y acá hay una clara intención de no debatirlos para que pierdan estado parlamentario”.
“Mientras tanto nos estamos muriendo a los 35 o 40 años”, añade Shazmín Ramos Moreira, de Red Diversa Positiva. Esta indignante esperanza de vida está estrechamente asociada al hecho de que entre el 80% y el 90% de las travestis y trans no tengan acceso al trabajo, quedando condenadas a la prostitución. Por eso Alejandra Ironici, coordinadora del Programa de Inclusión Trans provincial, remarca “la importancia del cupo para que las compañeras salgamos de las esquinas”, al tiempo que Jackeline Romero, presidenta de Red Diversa Positiva, denuncia: “Hay una desidia total por parte de los gobernantes que pintan el territorio de colores pero se visten de negro”.