Enzo Volken conduce el programa Noticias Tango Club de lunes a viernes a las 21:00. El ciclo ya tiene 25 años al aire. Al respecto, asegura: “Hacer ese programa para mí no es un trabajo. Me sirve de divertimento, un cable a tierra”.
—¿Cómo surgió la idea?
—Yo siempre quise hacer programa de tango a la noche. Cuando tenía 12, 13 años, estaba en el campo y me acostaba con la radio. En ese momento había dos programas que eran una cadena nacional: el Glostora Tango Club y a continuación el radioteatro Los Pérez García. Después de más grande presenté conciertos de Juan D’Arienzo, Juan Sánchez Bobbio, Héctor Varela… Ahí se me metió el tango…
—¿Qué es lo que más le gusta del tango?
—Lo que más me gusta es la letra. El tango tiene grandes poetas: Enrique Santos Discépolo, Homero Manzi, Enrique Cadícamo, Florencio Sánchez, Julián Centeya, Cátulo Castillo, José González Castillo, y algunas mujeres como Eladia Blázquez. A mí el que más me gusta es Celedonio Flores. Siempre me llamó la atención la habilidad de estos poetas para describir una situación en menos de tres minutos. Van marcando la historia argentina. La época de oro del tango es desde la década del 20 hasta los 40, después se cae. Pero realmente las letras del tango son grandes testimonios de la inmigración, del crecimiento del país, sobre todo de la transformación de Buenos Aires de aldea en la gran metrópoli. Cuentan el paso de la vida del conventillo al gringo que busca la casa propia y que quiere que el hijo estudie.
—Parecería que el tango ya no tiene la trascendencia de esos años…
—Es cierto que ahora el tango no tiene tanta vigencia. Se fue muriendo cuando vino la nueva ola, con El Club del Clan y todo eso. Ahí fueron desapareciendo las grandes orquestas. Y el tango se fue refugiando en algunos rinconcitos del país. Pero Francia rescató al tango en los 80. El Sexteto mayor y Tango argentino triunfaron en París. Francia nos devolvió el tango a la Argentina. Y después volvió a crecer.
—¿Y Piazzola le gusta?
—Piazzola se toca en todo el mundo y es maravilloso. Tiene genialidades como “Adiós Nonino” o “Libertango”. El mundo entero lo toca. Aquí le costó ser aceptado, pero más pasan los años más perfecto va a ser Piazzola. Lo que pasa es que el tango se divide entre los tradicionalistas y no tradicionalistas. Y él no es tradicionalista. Así que si en el programa pongo tres temas seguidos de él, los oyentes me llaman por teléfono para que cambie.