Según el último dato oficial disponible, las ventas de vino llevan en el año una caída del 7,2% respecto de 2017. Es el año con el menor consumo de vinos desde que hay registro (2009). El segundo peor fue 2017.
El Instituto Nacional de Vino publicó los datos oficiales de ventas de vino para el consumo interno, correspondientes a noviembre pasado: las ventas cayeron un 12,4% respecto de noviembre de 2017. Así, en el acumulado de once meses del 2018 la merma alcanza el 7,2% respecto del mismo período del año pasado. A un mes de cerrar el año no sólo no hay posibilidad de recuperación sino que ya está estampado el récord negativo: 2018 será el peor año para las ventas de vino desde que hay registro (2009). El segundo puesto en el podio se lo lleva 2017, el cuarto 2016.
Basta hacer la comparación con 2015. Respecto de noviembre de 2015, las ventas de vino bajaron un 23,3%. En el acumulado de los once meses, 2018 está un 18,6% abajo de 2015. Es prácticamente una cifra equivalente a la pérdida acumulada del poder adquisitivo salarial según los datos oficiales de Indec sobre la evolución de los salarios y la inflación.
No es que la población se pase a la cerveza artesanal. Los indicadores de consumo revelan cómo la era Cambiemos es la malaria misma.