Todas las personas mayores de 18 años son donantes de órganos y/o tejidos, salvo que hubieran expresado su voluntad contraria. Así lo establece la denominada Ley Justina que obtuvo sanción unánime en el Congreso nacional entre mayo y julio. De esa forma, aquellas personas que no quieran ser donantes deberán manifestarlo explícitamente. No será necesario que los familiares de una persona fallecida consignen una autorización para que se efectúe la donación.
Esta legislación –a la que la provincia adhirió en noviembre– supone un cambio paradigmático en la materia ya que fortalece el sistema de procuración para, en definitiva, mejorar la calidad de vida de la población a instancias de una política pública. Su principal propósito es agilizar los procesos legales habida cuenta de que unas 7780 personas requieren de un trasplante en el país, según el Incucai. En Santa Fe, los pacientes en espera son 560 acorde a lo difundido por el Cudaio.
Justina Lo Cane –cuyo nombre impulsó la nueva ley– tenía 12 años cuando falleció el 22 de noviembre de 2017. Padecía una cardiopatía congénita y había estado internada más de tres meses en la Fundación Favaloro a la espera de trasplante de corazón. Su familia llegó hasta el Parlamento para lograr que todas las personas sean donantes.