El Encuentro Nacional de Mujeres número 33 tuvo lugar este año es su sede más austral, Trelew. En la previa, quienes parecen desconocer la masividad de este movimiento, estimaban una baja concurrencia por las distancias, por las pocas plazas de alojamiento que hacían necesario trasladarse a ciudades cercanas, por un Estado casi ausente que apenas garantizó un puñado de viandas para las compañeras. Pero la potencia feminista no defraudó.
Unas 50 mil mujeres de todo el país desbordaron los 73 talleres y las 40 cuadras por las que se extendió la tradicional marcha que da fin al encuentro. La masividad que el movimiento feminista viene ganando desde 2015 lleva a replantear en cada ENM los debates, los consensos y las diferencias que lo constituyen. El reclamo de las originarias y las trans-travas por renombrarlo como Plurinacional y Transfeminista fue una de las claves en Trelew. A esto se sumaron las fuertes críticas al ajuste y retroceso en las políticas públicas favorables a las mujeres, haciendo hincapié en el rechazo al aborto legal en el Congreso y a la desaparición del Ministerio de Salud. Tuvo un lugar central el reclamo por la recuperación de territorios ancestrales para las comunidades mapuche-tehuelche, la criminalización y represión de la protesta, la persecución a mujeres originarias y luchadoras sociales, el pedido de justicia por los travesticidios y transfemicidios, además del cupo laboral trans en todo el país.