El otro día, yendo en colectivo, me crucé con el afiche del Cinemark muy grande y feo que ven ilustrando este texto. Informa sobre una promo del 50% de descuento en las entradas los días martes. Y el slogan es “Tu salida de sábado ahora es el martes”. En este afiche, esta es mi hipótesis, es todo horrible.
Comencemos por lo obvio. “Márbado”. Qué palabra tan fea. Hablando de cine, me hace acordar a Sharknado, la saga de terror cuyo monstruo es un tornado de tiburones. Y tiene una versión 3D, que yo no vi, claro. Nunca más. Hay palabras feas, aunque a priori no tengan cualidades valorativas: mondongo, otorrinolaringólogo/a, colitis y márbado, por ejemplo. ¿Porqué me sentiría atraído por meterme en una tormenta de tiburones malos un martes? O cualquier otro día, desde luego.
Pero lo que más me llamó la atención del afiche es la supuesta promoción. Que ahora voy a tratar de demostrar no es tal, y por ello lo de supuesta. “¡Eh, loco! ¿Te regalan la mitad de una entrada al cine y te quejás también?”, seguro me dirá más de uno/a. La inconformidad es una virtud, amigos/as. Y la queja mi motor. Pero que yo sea un rompebolas/ovarios a usted lo/a beneficia, así que déjeme vivir en paz en mi permanente guerra contra todo.
Cinemark te ofrece un descuento en la entrada al cine un día entre semana. Los fines de semana, por lo general, los cines son más caros. Este cine en particular cobra la entrada general $250 y la sala 3D $280. La entrada tal vez duplique a la del Cine América. No voy a discutir qué cartelera es mejor porque para el análisis es indiferente y no quiero que ustedes se pierdan en el detalle. Los martes podés ir a ver Avengers, Harry Potter, La Brigada Z o Freddie Mercury por unos 125 morlacos. Creo que así y todo, la entrada del América sigue siendo más barata. ¿Habrá algún/a hipster leyendo esto que podría confirmármelo? No, graciavó.
¿Cuál es el beneficio de gastar menos plata para salir un día de semana? Cinemark no te está dando un beneficio, te está generando un gasto que vos no ibas a tener, y que ahora considerás tener porque “Pero mirá, si estamos pagando la mitad”. En realidad, estás pagando el doble, si tenemos en cuenta que nunca habías pensado ir al cine. Sí, es una trampa. Y a mí me encantan las conspiraciones. El beneficio es de la empresa que en vez de perder ingresos, genera una entrada donde no existía. Efectivamente, las promociones aparecen de manera masiva, cuando el consumo desaparece de forma masiva. Es una relación inversamente proporcional, me dijo la seño Viviana en Tercer grado.
Pero bueno, está bien. Así no se quejan de que me quejo. También es cierto que la promo genera en el individuo la posibilidad de acceder a un consumo cultural que de otra manera le era imposible. Celebrémoslo. Pero no exageremos. Mucha filantropía me hace mal. Concedida la tregua, prestemos atención ahora al horripilante nombre de la oferta: “Márbado, tu sábado es ahora el martes”. Te cagaron el fin de semana. El día ocioso que generalmente se le dedica al consumo cultural (de todo tipo) ahora lo tenés un martes. O sea, un día que llegás a la noche cansado/a de trabajar y con ganas de nada. Y mucho menos de salir porque al otro día, oh surprise, tenés que ir a trabajar de nuevo para que el sábado no te alcance la guita para ir al cine.
Y no, el sábado no te pueden dar descuento. Porque es el día en que la gente sale y hay que recaudar para sostener la empresa el resto de la semana. Es lógico. Pero y el sábado, ¿qué gente es la que sale? La que económicamente puede sostener un nivel de consumo cultural a pesar de los aumentos y los ajustes. Pero esos son cada vez menos. Sí, y cada vez menos serán. Pero alcanzarán para sostener un acceso a la cultura privilegiado. Así funciona el capitalismo. Nunca prometió ser humanista.
Mientras tanto, a los/as que quedan afuera de la chance de acceder, se les precarizará el fin de semana, hasta hacerlo desaparecer. Hace rato que los/as trabajadores/as no tienen fin de semana o lo tienen muy reducido, ya que son días laborales. Pasa también con los trabajos freelance, que de free tienen poco y nada. Pero el día, insisto, señalado para el ocio cultural siempre fue el sábado. Uno/a dispone de más horas nocturnas porque el domingo no tiene que estar descansado/a para trabajar. La oferta de espectáculos es siempre mayor el sábado. Uno/a dispone de otra agenda.
No faltará el/la cínico/a que diga que “te hicieron creer que podías ir un sábado al cine”, o que vos ibas al cine con la plata de todos y ahora estamos pagando las consecuencias, y en el “estamos pagamos” se incluye así que sospecho que prefiere ser pobre o pagarle los vicios a los que sí pueden ir el sábado al cine en las Bahamas, mientras él/ella va un martes al shopping del puerto sin darse cuenta de la diferencia.