Según datos de la Correpi, entre 2015 y 2018 se produjo “el más fuerte incremento de la represión estatal desde 1983, con un promedio de más de 400 asesinatos estatales al año”. La organización antirrepresiva lleva contabilizados 1206 casos bajo la gestión de Patricia Bullrich, entre gatillo fácil, muertes en cárceles, desapariciones forzadas, represión y femicidios policiales.
Gatillo fácil, muertes en cárceles y comisarías, desapariciones forzadas, represión a la protesta social y femicidios cometidos por uniformados: desde que asumió el gobierno de Mauricio Macri, la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) lleva contabilizados 1206 asesinatos por parte de las fuerzas de seguridad en todo el país. En otros términos: la Policía, los servicios penitenciarios y las fuerzas federales mataron a un argentino cada 22 horas desde fines de 2015 hasta fines de 2018.
Ante este panorama, amplificado y justificado por la Doctrina Bullrich, la Correpi no pudo cerrar su tradicional informe anual sobre la Situación Represiva en la Argentina. La presentación del informe se postergó para el 15 de marzo. La prórroga de la difusión de los datos completos se debe a la “enorme cantidad” de información sobre casos de violencia institucional y policial ocurridos en 2018. Según informó la organización, eso “impidió terminar a tiempo el trabajo estadístico que sistemáticamente se realiza desde el año 1996 para registrar los casos conocidos de personas asesinadas por el aparato represivo estatal”.
Los datos preliminares de la Correpi indican que 1206 personas fueron asesinadas por el aparato represivo estatal en los tres primeros años del gobierno de Cambiemos. Fueron 27 muertes entre el 10 y el 31 de diciembre de 2015; 441 en 2016; 441 en 2017; y 297 durante 2018. “La aritmética es implacable: el gobierno de Cambiemos mató una persona desarmada cada 22 horas”, sostiene un documento publicado este miércoles por la organización.
El dato correspondiente a 2018 no es definitivo. Hasta el 25 de diciembre pasado, se incorporaron un total de 497 casos al archivo de la organización antirrepresiva. Así, el total de casos contabilizados desde 1983 asciende a 5959 contra los 5462 registrados por la entidad a finales de 2017. Para 2018, sin contar a las muertes en unidades penitenciarias federales (que se conocerán en mayo), como tampoco las muertes en cárceles bonaerenses (Correpi tiene detectadas 54), las muertes producidas por el aparato estatal fueron 297, aunque la organización Correpi adelantó que esa cifra se incrementará en alrededor de 150 o 200 casos cuando se conozcan los datos de la Procuración Penitenciaria.
La Correpi aseguró que a partir de estas cifras “no definitivas” se puede consignar que en el período de Cambiemos se está produciendo “el más fuerte incremento de la represión estatal desde 1983, con un promedio de más de 400 asesinatos estatales al año en el marco de sus diferentes modalidades: gatillo fácil, muertes en lugares de detención, desapariciones forzadas, represión a la protesta o el conflicto social, femicidios de uniforme, etc”.