El consumo de carne de vaca en la era Cambiemos cayó al piso. Noviembre de 2018, último dato disponible, fue el de menor consumo per cápita desde 2001. Se comen varios kilos menos por año, pese a que los precios no suben al mismo ritmo que la inflación.
El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna volvió a publicar los datos oficiales de consumo de carne de vaca per cápita: en 2018 se comió menos carne que en 2017 y, en promedio, en los tres años de Cambiemos se comió mucha menos carne que en los últimos tres años del kirchnerismo, o el período 2007-2015 o el período total 2003-2015. Es decir, como se mida, con Cambiemos le dijimos chau al asado.
Según las cifras oficiales, en noviembre de 2018 –el peor desde 2001– el consumo de carne cayó 12,4% respecto de noviembre de 2017. Así, en el acumulado anual se mayaron 51,99 kilos de carne per cápita, contra los 52,5 que se llevaban comidos en el mismo lapso de 2017. La diferencia es de apenas medio kilo por cabeza. Sin embargo, si se considera el promedio total de carne consumida durante los tres años de Cambiemos entonces se revela el verdadero color del panorama, y no es el de un chinchulín crepitando.
En promedio, durante la era Cambiemos se comieron 56,49 kilos de carne per cápita por año. Son 2,91 kilos menos que los 59,4 kilos que se consumieron per cápita promedio en los últimos tres años del kirchnerismo, 5,24 kilos menos que el período 2007-2015 y 5,57 menos que en el global del período 2003-2015.
En concreto, en 2016 el consumo de carne bajó 5,56% respecto de 2015, en 2017 repuntó un 3,86% y en lo que va de 2018, la caída global es de 0,97%. Todavía faltan las cifras de diciembre, se espera que no sean auspiciosas.
Esta caída del consumo se da en un contexto de relativo atraso en los precios. Según el Indec, durante 2018 el precio del asado subió apenas un 29,88% entre enero y noviembre, mientras que la inflación en general en el mismo período fue de 43,9%. El abaratamiento relativo de la carne respecto de otros comestibles no implicó que aumentara el consumo (de hecho, lleva una caída de 0,97% en el año). Será porque la vaca ya está tan cara que ni siquiera importa que no suba tanto su precio.
Debe ser la única repercusión positiva de este contexto económico. Reemplacemos animales por vegetales!